Cuando éste quien les escribe se empezó a aficionar al fútbol y a seguir los partidos de su equipo de toda la vida semana tras semana, corría el año 1994. Puesto que nací en el 1986, se puede decir que esta droga que me obliga a estar delante de una tele o una radio semana tras semana me tiene enganchado desde hace mucho. Y de ese año tengo dos recuerdos que no se me olvidarán jamás: el Mundial de 1994 (Julio, pícasela a Pagliuca….) y el ‘Super-Depor’.
Aquel equipo dirigido por Arsenio Iglesias que maravilló a todos y que solamente una tragedia impensable pudo evitar que le arrebatara la liga a un Dream Team que ya cojeaba senil. En una tierra donde las supersticiones llenan el imaginario popular de sus gentes, sin duda pensaron que alguna meiga les maldijo. El club gallego tenía un ‘Bruxo’ (Brujo) en el banquillo, pero no pudo hacer nada ante la fatalidad. Por suerte, el fútbol le devolvió muchos años después lo que merecieron la escuadra formada por entre otros, Fran, Liaño, Manjarín, Aldana…
Pero las meigas volvieron a actuar, condenando a los blanquiazules a otra travesía en la Segunda División y esta vez, con la incertidumbre por bandera. Problemas económicos, una afición que está que trina con los estamentos más poderosos del club y unos jugadores presionados por el objetivo del ascenso lo más pronto posible. Pero esto, señores, es la Copa del Rey. Esto es diferente.
Pese a las lógicas bajas por rotación de jugadores titulares, Fernando Vázquez ha anunciado que presentará en la Victoria un equipo competitivo, donde la defensa se plantará en el césped con la idea de ser un muro imprenetable. La experiencia de Marchena será clave y ayudará a jugadores muy jóvenes que este año han recibido galones, como Bicho (17 años), Insúa (20) y Dani Iglesias (19).
En la anterior ronda, el Depor solo pudo eliminar al Córdoba después de una larguísima tanda de penaltis. Es la esencia del Torneo del KO, una competición que permite soñar a todos: a los que sueñan con ganarla y a los que sueñan con enfrentarse a un grande. En la Copa del Rey, todo es posible. Y en Galicia ya preparan los conjuros.