Juan Toral // @juatorsan
Se suele identificar al Sur con luz, alegría, vida. El Norte suele ser más angosto, con su encanto intacto pero atenuado por la humedad de las altas latitudes que hace crecer el verde y desbordar riachuelos. Por pequeño que sea un territorio, siempre existe la diferencia Norte-Sur y esta división suele venir predeterminada por el sol, que desde lo alto observa nuestras vidas y nos predetermina en algo tan intangible como los estados de ánimo.
Siempre he tenido la percepción de que el clima condiciona nuestras ganas de practicar el deporte y enfrentarnos a la vida. Y no sólo a escalas internacionales como los adinerados niños balcánicos que se vienen a la costa mediterránea española para formarse en los elitistas club de tenis que pulen diamantes en bruto. A nivel personal, uno tiene días y “días”, que con bastante frecuencia suelen estar predeterminados por el clima de turno: ¿pero tiene tanta influencia el sol a la hora de influir en nuestras ganas? ¿Supone el invierno un hándicap contra el que luchar?
Durante Otoño e Invierno los días se acortan, las temperaturas bajan y la ropa de invierno suele suponer un freno que no invita a salir a la calle y practicar deporte, mucho menos si la lluvia o la nieve hacen su necesaria y tan típica aparición. Los mantecados vislumbran por el horizonte al igual que las cenas de Navidad de empresa (si eres una/o de los afortunadas/os que han conseguido esquivar las garras del desempleo), y la próxima “operación bikini” aún aparece demasiado lejana como para suponer una motivación. Sin embargo se ha demostrado que para mantener un peso, un estado de forma saludable y sobre todo sentirnos bien, es importante mantener una actividad durante todo el año e incorporar el ejercicio físico en nuestra rutina diaria.
Sin duda alguna, la falta de luz solar es un factor que lleva a mucha gente a quedarse en casa. El salir de trabajar y que sea noche cerrada no incita a vestirse de corto y salir de sudar, por lo que la opción de quedarse en casa gana enteros, una medida que a la larga será un círculo vicioso difícil de vencer. Las bajas temperaturas son otra excusa habitual, pero estamos muy equivocados en este punto ya que el ejercicio mejora la circulación y esto es una medida natural para vencer las bajas temperaturas, pero además refuerza nuestro sistema inmunológico siendo un gran remedio para evitar resfriados y procesos gripales.
Otro factor invernal que no podemos pasar por alto es el cambio de la alimentación, y es que en estas fechas tendemos a tomar alimentos calóricos para afrontar las bajas temperaturas, lo que unido al sedentarismo predispone a una ganancia de peso.
Está científicamente demostrado que durante el invierno son más frecuentes los estados depresivos. Y no solo esto, también se ha demostrado que en los países nórdicos, con sus largos y oscuros inviernos, la tasa de suicidios es mayor.
El 20% de la población sufre esta forma de depresión en sus diferentes grados: en un 6% de los casos es muy invalidante y en el 14% restante es más leve. Los síntomas son similares a los de cualquier depresión y oscilan entre los típicos signos de tristeza, pérdida de energía, disminución del impulso sexual, evitación de contactos familiares y sociales, descenso de la actividad diaria… Pero hay un síntoma específico de esta depresión invernal, que sería el aumento importante del apetito, con especial predilección por los carbohidratos y los dulces, y el consiguiente incremento de peso.
La melatonina es el neurotransmisor químico que regula todo este equilibrio que pende de un hilo. En las personas sanas no existen diferencias estacionales en la secreción de melatonina debido a la presencia de la luz artificial, pero hay personas predispuestas en las que no existe una transmisión eficiente de la serotonina, perdiendo la capacidad de captar la falsa alarma de la luz artificial.
A continuación y a modo de recomendaciones para vencer las “tentaciones” del invierno, enumero un listado de 7 consejos para sobreponernos a los impedimentos de los meses que nos tocan:
– Elegir en la medida de tus posibilidades el mediodía como la franja horaria en la que practicar el ejercicio, ya que es cuando las temperaturas serán más suaves.
– Empezar a correr de cara al viento, para que a la vuelta, cuando estemos más cansados, la sensación térmica y el cansancio serán menores
– Se recomienda utilizar ropa por capas, siendo las más próximas al cuerpo de materiales que puedan absorber el calor corporal. El algodón no es aconsejable. Un impermeable o un corta vientos son una gran opción
– Aumentar el calentamiento, que debe de hacerse más exhaustivo en invierno ya que con el frío los músculos y tendones tienden a contraerse y el riesgo de lesión es mayor.
– Se tiende a pensar que con el frío no se suda, pero esto no es verdad. Tenemos que hidratarnos antes, durante y después de la actividad
– Buscar alternativa practicando ejercicio en recintos cerrados para no depender exclusivamente de las condiciones meteorológicas
– Al llegar a casa se aconseja una ducha caliente
Sabías que…
Händel compuso la mayor parte de su obra en los veranos.
Vincent Van Gogh opinaba que quien no cree en el sol no tiene fe
“El invierno es como una escalera que desciende a los infiernos”
Norman Rosenthal
WINTER IS COMING…