Alejandro Copete // @Ale_Copete
Por plantilla, el RCD Mallorca quizás debería estar liderando la categoría de plata. Su descenso fue trágico a la par que inesperado pero ha mantenido un bloque con jugadores de calidad y experiencia llamados a dominar los encuentros ante sus rivales. Pero un inicio de liga nefasto ha pesado en todos los estamentos del club, alguno de ellos muy discutidos, como la presidencia encarnada (en funciones) por Lorenzo Serra Ferrer, que nunca ha tenido demasiado apoyo de la afición.
Una afición que añora tiempos mejores donde el club bermellón llegaba a finales de copa (y alguna las ganaba) y noches de ensueño ante grandes conjuntos europeos. Recuerdan a la “ensaimada mecánica” que disputó la final de la última Recopa de Europa, que fue capaz de ganar al Arsenal de Henry y Bergkamp; y que hace diez años levantó su única Copa del Rey en Elche. Años de ensueño que se embarran en el fango de la Segunda División. Los recuerdos de antaño no están ayudando demasiado al presente.
Entre los jugadores que repiten se encuentran los dos estiletes por las bandas: Alfaro y N’Sue. Los ‘abuelos’ Nunes y Pep Martí quieren seguir dando guerra mientras que los goles del club se los reparten en su mayoría entre Gerard y Víctor Casadesús. Y un nombre que tras muchos meses, va a volver a una lista de convocados y se va a sentir de nuevo futbolista: el delantero Hemed. Al frente de todo un entrenador que ya sabe lo que es la gloria de ascender: el valenciano José Luis Oltra.
Que sin embargo, ya está siendo discutido por la irregularidad que caracteriza a este RCD Mallorca, que afronta esta etapa en segunda después de 16 años como una ITV donde reparar y poner a punto de nuevo una maquinaria que consiguió grandes éxitos. La exigencia está clara: ascender o ascender. Todo aquello que se aleje de este objetivo será un fracaso y la ‘ensaimada mecánica’ deberá volver a revisión o pagar una multa ante su afición.