Jornada decisiva. Ya no había ninguna oportunidad mas de fallar. El equipo senior salto al campo de juego con la obligación de esta vez ganar si o si. Y por fin se logro. El partido comenzó muy frío. El ataque poco fluido y la defensa muy apática. Solo la gran actuación de Pepe Cobo, lateral izquierdo, que parecía estar tocado por una varita mágica, pues todo lo que lanzaba lo metía, mantenía al equipo en el partido en la primera parte. Concluía con una ventaja de dos goles para el conjunto jienense.
Al comienzo de la segunda parte y al contrario de lo que anteriormente en otros partidos había sucedido, el equipo mantuvo la concentración, algo que Javier su entrenador había pedido en los vestuarios durante el descanso. La contienda parecía igualarse, pero los extremos Manu Lopez y Jose A. Lopez sustentaron al equipo con grandes lanzamientos desde sus puestos y contraataques. De 5 goles ganaba el equipo. Todo parecía marchar bien. Pero un tiempo muerto del equipo de casa y un cambio de defensa posicional del seis cero al cuatro dos, dilapidaron la ventaja hasta rebajarla a un tanto.
Quedaban aún diez minutos. Todo había cambiado y parecía avocado de nuevo a otra derrota. Pero entonces surgió la figura inconmensurable del portero Wenceslao. Parecía haberse hecho enorme y la portería muy pequeña. Parando dos contraataques que hubieran igualado el partido y sobre todo a falta de unos treinta segundos dos paradas consecutivas que sentenciaron el partido. Se ganó de dos 34-36. Se acabó el partido y algunos jugadores derramaron algunas lágrimas. Por la emoción, frustración o quizás por volver a sentir una victoria. Pero sobre todo por mantener el sueño de permanencia vivo. No se jugó bien pero se ganó con el coraje y el corazón. Los jiennenses siguen vivos.