Alejandro Copete // @Ale_Copete
No es precisamente la mejor época en Can Barça. Tanto en lo deportivo con la eliminación europea, como en lo institucional. Tras la denuncia de la FIFA, todas las sospechas se giran hacía la cantera blaugrana, todo un símbolo para los culés y un motivo de orgullo que viene en la sangre catalana que, según cuenta la leyenda, Wilfredo “el velloso” dejó marcada en cuatro surcos sobre un escudo de oro. Ya lo dejaron claro en la pancarta con la que protestaron la decisión del organismo mundial futbolístico: la Masía no se toca.
Sin embargo, el filial del FC Barcelona llega en su mejor racha del año tras haber puntuado en los últimos seis partidos. Actualmente se encuentra en sexto lugar, por lo que se convierte en un comodín, en cascarón de huevo, no cuenta para el final; ya que su lugar será ocupado por otro. Por ello, a muchos equipos no les importaría tener por delante a los pupilos de la Masía. Las aspiraciones del equipo de Eusebio, discutido por abandonar los sagrados designios del Tiki-taka, es hacerlo lo mejor posible para ser llamados ante los Dioses. Como guerreros que lo dan todo para que las valkirias lo asciendan al Valhalla.
Entre ellos destacan jugadores que pueden obtener ese deseado premio: Sergi Samper, con tan solo 19 años, ya está siendo comparado con grandes como Iván de la Peña, Guardiola o Milla (las comparaciones, que malas son a veces…). ¿Será capaz Masip de emular al mejor Valdés? De momento, junto a su defensa, está siendo poco goleado en los últimos partidos. A esos jugadores con proyección para Primera hay que sumarle otros, como en todos los filiales, que están para apoyar, como el central Sergio Gómez o Denis Suárez, que tienen demasiada competencia en el primer equipo en sus puestos. Pero nunca se sabe, y soñar es gratis para todos. Incluso para un Sandro Ramírez que poco a poco ha ido demostrando su olfato goleador.
Si al final el Barcelona no pudiera fichar, tendría que mirar en casa para asegurarse su futuro y posibles éxitos. Ya por obligación, no por “postureo” como se dice. En un filial que tiene a muchos pollitos deseosos de romper el cascarón y salir a la luz, este hecho motivará a muchos a demostrar su valía a toda costa. Y los afectados serían el resto de equipos de la categoría de plata, que verían como niños quieren convertirse en hombres.