Francisco Trillo // @chescotrillo
El perfil y papel que juega el entrenador de la práctica deportiva en el proceso educativo del niño influye el desarrollo del niño a diferentes niveles.
La educación es multidisciplinar. Esto quiere decir que no sólo aprendemos en la escuela o son los padres los que educan al niño. Existen otras áreas educativas en el desarrollo pedagógico del niño que se ponen en práctica en la interacción con su medio. La familia, abuelos, tíos, primos, los amigos, los profesores particulares de inglés o matemáticas y/o el papel del entrenador en la iniciación deportiva influyen en la educación del niño.
El entrenador es una figura de referencia muy importante y tiene una influencia clave en la iniciación deportiva, educación, motivación y desarrollo físico, psicológico, cognitivo y social del niño. Hoy en día se estudia en profundidad el papel del entrenador en la iniciación del deporte, intentando educar o erradicar la idea al entrenador de ganar a toda costa. Según Rodríguez (2000), el actual modelo de deporte en la edad escolar propicia el abandono de la práctica deportiva organizada, al apoyarse en estructuras organizativas ajenas a la intervención del centro educativo. Es decir, en ocasiones aparece una incompatibilidad entre los valores que se aprenden en la escuela infantil o colegio y los que se aprenden en el centro deportivo.
En la etapa de edad escolar es fundamental que el entrenador posea una orientación educativa, conocimientos técnicos específicos de la materia deportiva y conocimientos sobre el desarrollo evolutivo, en concreto el del niño. De la figura del entrenador dependerá en gran medida la motivación del niño a seguir practicando ese deporte, las experiencias que viva en su infancia asentará su motivación por ese deporte en los próximos años. En este sentido, tanto padres como entrenadores deben de tener presente porqué el niño elige ese deporte:
– Disfruta y se relaciona. La diversión es el motor que le mueve.
– Descubre que tiene capacidad y habilidad para practicarlo.
– Comprende que es sanopracticar ejercicio físico.
– Se desarrolla a nivel psicológico, cognitivo, físico y social
Un buen entrenador es ejemplo para el niño. Antepone el camino a la meta, no se basa en resultados. Fomenta la correcta ejecución, la progresión y superación por encima de la victoria. Motiva a su grupo a través de la comunicación, de la creación de una cohesión grupal positiva, del ánimo y entusiasmo por el deporte. Favorece el cumplimiento de normas, respecta al juez o al árbitro con su comportamiento, cumple el reglamento y así se lo inculca a los niños. Consigue crear un ambiente en el que todo el mundo se respete, evite la critica destructiva ante el error y aprendan unos de los otros. A continuación se muestra un decálogo de diferentes estudios (Weinberg y Gould; 1995 y Weiss; 1991, 1993) acerca del perfil ideal del entrenador en edad escolar:
- Centrarse en la enseñanza y práctica de las destrezas deportivas: Participación de todo el grupo, realizar actividades divertidas, proporcionar experiencias…
- Cambiar frecuentemente de actividades: Tareas adaptadas centradas en el niño.
- Establecer expectativas realistas para el aprendiz: La actividad se adapta al niño, adecuando las necesidad individuales, edad y objetivos individuales.
- Ser una perfecta imagen demostrativa y ejecutiva: Dar instrucciones cortas y simples de la tarea, con un lenguaje claro, conciso y adaptado al niño.
- “Cazar” al niño haciendo cosas correctamente y recompénsalo. Animar y recompensar en la ejecución técnica correcta independientemente del resultado.
- Recompensar el esfuerzo además del resultado. Ser positivo cuando las cosas han dio mal si los jugadores se han esforzado.
- Utilizar un enfoque positivo para corregir los errores. El entrenador primero debe recordar al niño ante el error qué es lo que ha hecho bien, después dar la información para corregir y finalizar animando. El error forma parte del proceso de aprendizaje.
- Reducir los miedos de los niños en la ejecución de nuevas tareas. Mostrar el cuidado y medidas de seguridad en las tareas que puedan tener factor de riesgo.
- Modificar las reglas para aumentar la acción y participación de los jugadores. Se trata de promover la máxima participación de los jugadores.
- Ser entusiasta. Es una emoción muy contagiosa, hace participe e implica a todo el grupo, toma decisiones sencillas, escucha, plantea preguntas, interactúa con los jugadores y crea una actitud y clima positivo.
Esta filosofía de entender el deporte en edad escolar, los comportamientos, actuaciones y actitud han de formar parte del perfil de entrenador que se dedique a enseñar o entrenar jugadores en edad escolar. Entender un deporte como un espacio donde el niño aprende a disfrutar y querer al juego por encima del éxito, nos permitirá desarrollar personas que disfruten practicando del deporte durante toda su vida.
“El objetivo principal de la educación es crear
personas capaces de hacer cosas nuevas y no
simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron”
Jean Piaget