Alejandro Copete // @Ale_Copete
Tras dos años (los que lleva en toda su Historia en la Segunda B, con este tres) abonados al sufrimiento hasta ultimísima hora, llegaba el momento de cambiar algo en el Arroyo CP. Primero fue la directiva, que con la llegada de Teodora Ramos (esposa del antiguo presidente) se ha convertido en un hito del fútbol español: todo el cuerpo directivo está formado por mujeres. Ellas fueron las que garantizaron la presencia del equipo extremeño un año más en la categoría de bronce.
Y después, la revolución en el campo. José Francisco Grao García “Pato”, el salvador del equipo el año pasado, contaba este verano solamente con 3 jugadores de la plantilla de la temporada pasada. Hasta un total de 10 incorporaciones han llegado a las instalaciones municipales de Arroyo de la Luz. Muchas caras nuevas que de momento han pesado en el juego: le ganó al Sevilla Atlético en la primera jornada, pero llegan al enfrentamiento contra el Real Jaén con dos derrotas ante dos recién ascendidos, los que se supone que serán sus máximos rivales este año para no volver a sufrir. Entre los aficionados arlequinadas hay un runrún en forma de pregunta lampedusiana: ¿Se ha cambiado todo para que nada cambie?
Sin embargo, el resquicio de esperanza es la veteranía en la categoría de muchos de los jugadores nuevos que han llegado al Arroyo CP. Entre ellos destacan por ejemplo el mediapunta Coco (ex del Écija y Lucena, entre otros), el guardameta rumano Savu y el interior derecho Barrancos. Una baja clave y duradera debido a la gravedad de su lesión es la del defensa Santi Polo; no sólo por el aspecto táctico, sino también anímico ya que era el gran capitán de este equipo. De momento el juego desplegado no ha sido muy vistoso, y los resultados de las tres jornadas anteriores siempre han sido de 1-0.
En Arroyo de la Luz, pueblo que su Historia se remonta a los lusitanos, su equipo de fútbol es algo que pasean con orgullo. Los nervios y sufrimientos cada temporada han acabado en alegría de saber que su equipo sigue grabando en bronce sus hitos y siguen contribuyendo al fútbol extremeño. Pero nunca se sabe como caerá la balanza en esta ocasión y todos buscan una tranquilidad que se hace de rogar. La revolución arlequinada suena como un susurro en el viento.