José Fernández // @JFolmo86
Recurriendo al símil futbolero, los amantes del balompié coincidirán a la hora de señalar que la selección alemana dirigida por Joachim Löw no logró la Copa del Mundo antes porque enfrente se encontró con una generación de futbolistas españoles tocados por una varita mágica. A Antonio «Ñoño» Martínez (nº 3) y Marcos García (nº 4) les ocurre algo similar en su sana batalla deportiva con Antonio Luque y Juan Ortega, pese a lo cual no desfallecen en su empeño de pelear como feroces gladiadores para derrocar al Imperio.
La dureza del Circuito hace que pesen las piernas a estas alturas de temporada pero Ñoño y Marcos cuentan con una gran motivación para superar las vicisitudes del torneo. «Hay parejas muy duras y grandes jugadores pero confiamos en nosotros y en nuestro juego para esta gran cita final. Daremos todo lo que esté en nuestras manos para llegar a la final», manifiestan los dos palistas. Esperanzados en hacer un buen campeonato, no quieren infravalorar a nadie pero esperan romper la racha de Luque y Ortega. Estímulos y acicates no les van a faltar a estos dos palistas, que ya sueñan con derribar el muro alcaudetense. Para ellos, la última prueba del año puede ofrecer momentos sorprendentes aunque no en exceso puesto que «las fases de grupos deberían darse con normalidad en ambos grupos».
Con detalles por perfeccionar cuando se acerca el final de su primer año juntos, Martínez y García están contentos ya que han sabido aprovechar sus opciones para situarse en buenas posiciones en el ranking provincial, aunque aún recuerdan con tristeza algunos trofeos en los que se les escapó la victoria o en los que sus sensaciones no les dejaron conformes.
Como método de concentración, Marcos realiza un pequeño ritual centrado en colocar la bola que no está en juego en la línea central de servicio y golpear con la misma cara de la pala siempre de derecha. Por su lado, Ñoño admite su gusto por comenzar los partidos realizando el saque.