Alejandro Copete // @Ale_Copete
Saltan las alarmas. El submarino cartaginés, invento del natural de la ciudad murciana Isaac Peral, que se encontraba a mitad de salir a la superficie encuentra una brecha en su casco. Llega el FC Cartagena a este partido contra el Real Jaén en una racha de 4 jornadas sin conocer la victoria, 2 derrotas consecutivas y como peor equipo local del grupo IV de la Segunda B. Lo único que le mantiene a flote son los empates, el segundo que más lo hace de toda la categoría. Mientras se intenta arreglar la avería, la crisis va aumentando y aparecen otras brechas.
La primera de ellas es una crisis institucional y dudas en la planta noble del club. La comidilla de las tertulias deportivas albinegras es la aparición de empresas “fantasma” dentro del accionariado del club cartaginés. Ya vivieron cosas parecidas con Luis Oliver. Otra brecha: Julio Ribas, el llamado a ser mánager general fue sancionado por entrenar sin licencia y son los preparadores los que tienen que dar la cara a la prensa antes y después de lo partidos. Otra brecha más: eso lleva a que no haya un patrón definido de juego y la afición se impacienta. Un público que ha visto como la plantilla que quedó tercera el año pasado se ha visto desmantelada y, pese a la llegada de fichajes de calidad como Chus Hevia o Ceballos; no ha sabido de momento acoplarse. Muchos entienden que este año es difícil que el bronce pase a ser plata, pero la resignación viene con mucho enfado por todo lo que rodea al “Efesé”. El submarino empieza a inundarse.
Una decepción en todos los aspectos que se traslada al terreno de juego, donde se sacan los puntos. Un equipo que sin una cabeza visible en el banco poco puede hacer, pero se basan en una defensa férrea, balones rápidos a las bandas y desplazamientos en largo para los de arriba. Aunque para este partido no estará Robusté, la defensa es un punto fuerte en el equipo albinegro con jugadores con mucha experiencia como el guardameta Limones y el vasco de apellido cinéfilo Tarantino. La velocidad de Gato en banda derecha es un puñal que el uruguayo Ribas no está demostrando aprovechar para rematar a sus víctimas.
Mientras la tripulación intenta ya, de manera desesperada, tapar todas las brechas; no tienen la certeza de si van a aparecer más o el Destino será benévolo con ellos. Pero no solamente son los agujeros en el césped del Cartagonova, sino en el banquillo, en la grada y en la planta noble. Dichosos aquellos que recuerdan a un FC Cartagena en lo alto, casi rozando la gloria en 2010, como los herederos directos de Aníbal (cuñado de Asdrúbal, fundador de la ciudad murciana) intentando llegar a Roma. Pero es sólo el reflejo del periscopio.