Alejandro Copete // @Ale_Copete
En la costa del Sol se han permitido el lujo de respirar un poco de momento. La victoria contra el Betis B fue un bálsamo para un equipo que se encontraba en una tormenta de resultados que propició un cambio de entrenador y el retorno a los banquillos de Pablo Alfaro. De la ilusión inicial por los buenos resultados cosechados se pasó a los nervios de estar jugando con fuego. Ahora, en tierra de nadie, a 4 del descenso y a 9 de los play-offs, en la ciudad de Marbella se invita a la reflexión sobre que pretenden esta temporada.
El mercado de fichajes invernal ayudará a esa reflexión. Han sido 9 las incorporaciones nuevas que han llegado a la ciudad malagueña, casi todos con una dilatada experiencia en la categoría de bronce como Iosu Villar. A los mandos de un entrenador que ya ha disputado dos rondas de play-offs con Pontevedra y Leganés, muchos pensaran que el objetivo sigue siendo el que marcó el presidente ruso Grimberg: un Marbella FC en la élite. Pero la dificultad de acoplar a un bloque practicamente nuevo (6 fichajes en el 11 contra el filial verdiblanco) auguran todavía jornadas de sufrimiento. Quizás también sea hora de asegurar la categoría y pensar en futuros retos con la base ya montada.
Una base que, pese a bajas de jugadores con muchos minutos esta temporada como Borja Rubiato o Airam Cabrera, sigue manteniendo en sus filas a la revelación de la temporada marbellí, el mediapunta Diego Segura. 3 de las últimas llegadas venían del extranjero, 2 de ellos pertenecientes a la gran diáspora española que se está dando en los últimos años por todo el globo: Giménez y Guillem Martí. Este último ha cautivado a la afición marbellí que suspira por su técnica y capacidad goleadora y esperan que mejoren el golaverage negativo del club. De momento el juego desplegado no ha sido el más vistoso del mundo, pero con Pablo Alfaro a las órdenes, nunca va a faltar pundonor y coraje. Muestra de ello la remontada anterior tras un doloroso 5-0 contra el ahora líder gaditano del grupo IV.
El equipo blanquiazul, acostumbrado a las cálidas temperaturas de la costa, se embarca en un viaje a Jaén donde el panorama es de nubarrones y tormentas. Dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores. Desde la provincia de Málaga en estas jornadas pueden decidirse en que enfocar el resto del año y convertirse, poco a poco, en un equipo que consiga tras muchos años estabilidad en el bronce de la Segunda B. Eso si los de arriba se conforman.