Alejandro Copete // @Ale_Copete
No hay alegrías futbolísticas en la ciudad califal. La experiencia tras muchos años del primer equipo en la Primera División se ha saldado con un descenso trágico por los pocos puntos obtenidos y por el caos en la parcela técnica y que puede desembocar en una Guerra Civil contra la directiva cordobesista. Y por otro lado, el filial llega a la última jornada de la Segunda B con la pesadumbre de saber que como mucho, puede optar a la repesca por seguir otro año más en el bronce. La estadística, fría y que no entiende de pasiones o de estados de ánimo, dice que los blanquiverdes deben ganar y esperar que no se produzcan tablas en el Cartagena-La Roda. Pero si se cumple esta premisa, también tienen que tener otros ojos: si el Sevilla Atlético pierde su partido y el Arroyo gana, bajarían. Esta última jornada es una gran tesis para un estudiante del MIT.
La entidad de la capital cordobesa repartirá para el partido unas 1400 entradas para que los pequeños cachorros se sientan apoyados por la afición ante el equipo que, casualmente, es uno de los “culpables” del aumento de ventas de calculadoras en la ciudad: el Real Jaén con su derrota ante el Cartagena. Este último esfuerzo y sueño de milagro puede ser también un bálsamo para la atribulada temporada en Córdoba. Como el gladiador que lucha para vivir otro día y seguir luchando, por lo menos intentarán contentar a un público que es soberano y, por qué no, demostrar que el filial puede ser una de las partes importantes del proyecto para el año que viene del primer equipo en Segunda. Florin Andone es el ejemplo claro.
Tras el ascenso de José Antonio Romero, el novato Luis Carrión fue el elegido para variar el rumbo del filial, sin demasiado éxito de resultados. Para este último partido está claro que no se puede concebir otra cosa que no sea atacar, atacar y atacar. Recuperan al pichichi Juanfran y el centro del campo es poderoso con el africano Bijimine . Aunque durante la semana han tenido problemas físicos, parece que dos jugadores importantes como son el central Uxío y el mediapunta David Álvarez llegarán a tiempo.
Jornada de radios. O de Smartphones, más bien. La presión añadida a estar jugando mentalmente tu partido y un par de ellos más. El miedo a una conexión con un estadio donde puede estar sellándose tu futuro o que una actualización de una app haga saltar las alarmas. Pero antes que todo eso, el Córdoba B deberá ganar en El Fontanar al Real Jaén. Este último parece que no se juega nada ya, pero sí que hay algo importante en juego: la vergüenza.