José Fernández // @JFolmo86
Seis años han pasado desde la última ocasión en la que Real Jaén y Linares se enfrentaron en un terreno de juego. No se hace necesario recordar episodios en los que ambas aficiones se enzarzaron en luchas de cánticos despectivos hacia una y otra ciudad. Luchas que, en ocasiones, acabaron culminando en agresiones entre seguidores blancos y azulillos. Sin duda alguna, imágenes para olvidar.
“¿Porqué se gritan y se pegan papá?” Una pregunta que en aquellos tiempos pude escuchar de un niño de apenas cinco años mientras a lo lejos se vislumbraba lo que era una tangana entre seguidores del Real Jaén y el Linares. La inocencia y el miedo unieron sus caminos en esa sencilla pregunta que probablemente aquel padre difícilmente pudo responder. Ojalá que ningún menor más tenga que volver a plantearse tal cuestión.
Esta temporada volveremos a disfrutar del derbi provincial entre jiennenses y linarenses. Una oportunidad única para reivindicar nuestra identidad como provincia sin disputas absurdas marcadas por fanatismos. Esos que se autodenominan “aficionados” tratarán de mancharlo todo con estúpidas quedadas para liberar sus más irracionales manifestaciones de amor a un escudo a base de golpes sin sentido alguno.
La rivalidad bien entendida es sana para el mundo del balompié. Las bromas, la guasa, el cachondeo y la mofa entre aficiones son la salsa de este deporte dominado por la pasión y por sentimientos en ocasiones difíciles de expresar. Los violentos se encuentran preparados para aprovechar cualquier resquicio con el que convertir el fútbol en su válvula de escape. Especial rechazo me producen los cobardes que buscan en un estadio la forma de ocultar sus complejos más oscuros generando discordia. Yo, personalmente, me decanto por sumar porque no me gusta dividir.
Hace poco podíamos disfrutar de las finales de la Copa Diputación con un partido entre los equipos juveniles de Real Jaén y Linares Deportivo. Debo reconocer que sentí una enorme envidia de ver como los jugadores de ambos equipos lucharon cada balón por llevar a su equipo a la victoria sin tener que desprestigiar a su rival. Una vez finalizado el encuentro, los jóvenes dieron una lección de urbanidad y compañerismo a toda una provincia. Se fundieron en saludos y abrazos sinceros que a la postre culminaron con una foto de familia en la que el gran ganador fue el fútbol jiennense.
Ojalá los enfrentamientos entre Real Jaén y Linares Deportivo que nos quedan por disfrutar estén marcados por esa sana rivalidad. Clubes y aficionados tienen mucha responsabilidad en que esto pueda ocurrir. Blancos y azulillos deben saber generar valor añadido de estos choques para eliminar confrontaciones y ser la envidia de Andalucía con un derbi en el que, por encima de rivalidades deportivas, siempre gane el fútbol y sus aficionados. Otro sector con un grado de responsabilidad, si cabe aún mayor, son los medios de comunicación, que en multitud de ocasiones son la pólvora necesaria para dar comienzo a un incendio que no beneficia a nadie. Compañeros hagamos un favor a nuestra profesión y a nuestro fútbol y seamos capaces de informar y opinar dejando a un lado estúpidas rencillas.
Resulta inevitable recordar las imágenes que año tras año nos regalan Athletic de Bilbao y Real Sociedad en los derbis vascos. Leones y donostiarras comparten momentos previos al encuentro y posteriormente sus camisetas se integran en un graderío repleto con una normalidad inusitada en el resto del territorio nacional. ¿Qué gente más extraña, verdad?
Solo espero y deseo que no haya que lamentar incidente alguno cuando Real Jaén y Linares Deportivo se enfrenten esta temporada. Ojalá lleguemos a compartir momentos como los que pueden disfrutar los seguidores de Ahtletic y Real Sociedad. Esa será la señal de que nuestro fútbol y nuestra provincia han madurado de verdad. Ese es mi sueño, que algún día tengamos un derbi vasco en Jaén.
https://www.youtube.com/watch?v=IsogubueoJ4