Alejandro Copete // @Ale_Copete
Hace cuatro años, el filial del Granada jugaba en Primera Andaluza contra equipos como el Atarfe Industrial o el Polideportivo Berja. El año pasado estuvo a punto de pelear por ascender a Segunda División. Una trayectoria meteórica donde mucho han tenido que ver el mecenazgo de la familia Pozzo, encarnado en la política de fichajes de la entidad granadina tanto para el primer equipo como para el “B”.
Una multiculturalidad donde podemos encontrar jugadores procedentes de Nigeria, Chile, Venezuela, Ghana y Macedonia; entre otros. Algo que ha traído críticas, sobre todo por parte de Adolfo, ex jugador y hoy en el Atlético Astorga, quién ha declarado que “se apuestan más por los de afuera que por los de la tierra”. En un mundo del balompié que también se encuentra globalizado y donde cada día es más común las redes de intereses que unen a clubes de todo el globo y es mayor el interés de algunos representantes de sacar tajada económica por encima de las aficiones locales haciendo “criar pollitos” para venderlos; no hay lugar para el romanticismo. Pero volvamos al terreno de juego.
Los nazaríes se han ganado en estos dos años en Segunda B los galones de equipo duro de la categoría y candidato serio a lo más alto pese al cambio sensible de esta temporada: abandonaba la ciudad granadina Joseba Aguado, el técnico que encarnaba esa trayectoria ascendente (también queda por ejemplo Richard Boateng). En su lugar llegó un conocido del Real Jaén y del fútbol de la provincia, José Miguel Campos, tras rescindir con La Hoya-Lorca. Preferir un filial tiene sus posibles ventajas, incluso la oportunidad de llevar al primer equipo si los resultados de estos no acompañan. Sin embargo, la idea de juego es la misma: un estilo ofensivo y dinámico basado sobre todo en los portentos físicos y en las habilidades velocísticas de los que han llegado de ultramar. El centro del campo es para echarse a temblar: Sulayman, Uche y el ex del Cádiz Navarrete, este último destacando en la posición de mediocentro.
La gran mayoría de las caras nuevas que han venido a sustituir a las bajas son promesas por explotar, ya sea en Granada (Isaac Sucess), ya sea en Watford, ya sea en Udine….de momento, el gran fichaje es el venezolano Peñaranda, mediapunta de 18 goles muy hábil y pichichi del equipo que es baja por lesión. Arriba, sin el mencionado Sucess y Machís, tienen problemas con la efectividad y eso se refleja en la racha de 4 partidos consecutivos sin conocer la victoria del Granada “B”, que los sitúan con los mismos puntos que el Real Jaén y con el mismo objetivo a corto plazo: encadenarse con los puestos altos de la tabla. También muestran una debilidad defensiva importante con 10 goles encajados y que el míster Campos ha dado el toque de atención por tratarse muchas veces de fallos individuales de los que forman la zaga que defiende la portería de Dimitrievsky. Otro de los fichajes, el lateral derecho Corozo, es el que más minutos ha jugado en lo que llevamos de competición.
Y por supuesto, no podemos olvidar el motivo de su existencia: nutrir de jugadores al primer equipo. Nunca se sabe cuándo Sandoval tirará de cantera y llamará a filas a gente como Uche o Clifford. Y los jóvenes saben que deben estar preparados para ese momento. Pero hasta que llegue, las miras están puestas en seguir haciendo historia y que la familia Pozzo tenga un nuevo equipo en una categoría más alta en Europa. Y ya de paso, tienes a la soberana afición contenta con las maravillas de la Globalización.