Alejandro Copete // @Ale_Copete
Tres partidos le quedan al San Roque para salvarse. Las matemáticas dicen que todavía es posible de manera remota, pero el golaveraje perdido con sus rivales directos y la situación del club invita a lo que de facto muchos están pensando ya: planificar la temporada en Tercera con un proyecto viable económicamente para afición, jugadores y directiva. Porque los leperos son otro club afectado por los impagos en una Segunda B cada vez más ruinosa y desoladora.
El conjunto onubense es el rey del empate del grupo IV con 19 empates. Siempre esta bién sumar pero de vez en cuando hay que hacerlo de más de uno en uno, ya que solamente han conseguido a lo largo de la temporada 5 victorias. Desde el enfrentamiento frente al Real Jaén en la primera vuelta solamente han ganado dos partidos. Datos muy pobres para una plantilla que le ha afectado las muchas caras nuevas que no han sabido formar un bloque duro y consistente. En el camino también se quedó Juanito en su primera experiencia al frente de un banquillo sénior. Por el exfutbolista llegó Carlos Antón, míster en plena formación que viene de entrenar al Bristol sub 18 y que parece que está dispuesto a seguir en la provincia de Huelva para continuar con su proyecto aún por definir.
Los aurinegros fueron de más a menos en una temporada donde la suerte también se han cebado en su contra. En Lepe raramente se podía poner en el césped al once de gala con los jugadores llamados a ser los determinantes como el delantero Isuardi, muy irregular con las lesiones; mala fortuna que se ha cebado en estas últimas jornadas donde todo se juega a una única carta con las bajas de hombres importantes en la zaga como Pedro Baquero o Pablo Oliveira que son duda hasta última hora; y en casi todos los partidos ha tenido alguna baja también por sanción. En la capital del Santo Reino, por ejemplo, no podrá estar Marco Rosa por su expulsión frente al UCAM Murcia. Chaco, con 11 goles, es el ejemplo de que por tantos y faceta ofensiva no era tema baladí el San Roque de Lepe pero le ha lastrado el poco bagaje defensivo con 51 goles encajados, el segundo que más recibe de la categoría. Entre las buenas noticias el más que seguro regreso al once del mediapunta Nico Cháfer que se traduce en peligro a balón parado.
La agonía del San Roque de Lepe ha sido lenta y dolorosa, apagándose su vida jornada tras jornada hasta encontrarse en ese penúltimo lugar en la tabla. Frente al Real Jaén puede ser su muerte definitiva o su insistencia en la lucha por vivir, sabiendo que como pruebas que superar, como puertas que seguir cruzando, el descenso le seguirá acechando y probablemente, acabando con él.