Alejandro Copete // @Ale_Copete
Todavía tenemos cierto conocimiento del C.P Cacereño y sus jugadores debido a que el año pasado disputaron la temporada en el Grupo IV de la Segunda B. Y si por estas tierras su irregularidad hizo que siempre coparan los puestos bajos de la tabla, ha ocurrido lo mismo en su «exilio» entre gallegos, leoneses, asturianos… y lejos de sus hermanos de Comunidad Autónoma y los andaluces.
Aunque por noviembre del año pasado era un equipo al alza y empezó a soñar con los puestos de ascenso, volvió la irregularidad llegando a encadenar hasta 12 partidos sin ganar y cuando ya tuvieron que aferrarse a las matemáticas puras y duras, un sprint final de 4 partidos sin conocer la derrota y ganando los últimos dos les han permitido a los extremeños alcanzar la posición del Play-Out.
Los hombres entrenados por Ángel Marcos, Entrenador y Director Deportivo, han ido a muerte con la idea del fútbol de su entrenador: toque rápido y certero para llegar a la portería rival. Pero ese estilo no se ha convertido en goles anotados, el gran lastre de este equipo. La entidad cacereña, además de este problema en el césped, empezó mal el verano: aparte de conocer que iría al Grupo I, la que se supone que iba a ser su inversora que garantizaría el futuro del club acabó abandonando la ciudad de Cáceres, dejando a su paso todo un mar de incertidumbre en un equipo que ya el año pasado acumulaba deudas a futbolistas, empleados y proveedores.
Los jugadores que han sido claves para conseguir esta última oportunidad de rendición ya se encontraban en el equipo el año pasado, como el referente en el ataque Carlos Valverde, el interior Pablo Gallego y la polivalencia en la medular de Aarón Fernández. Aunque también ficharon jugadores de calidad, como el canario Leo Ramírez que sin embargo será baja segura en el partido de ida por sanción. También será baja Collado por lesión y hasta última hora no se sabrá si el capitán Rubén Palero, que actuaba reconvertido en central, podrá disputar el choque por una fractura en la mano.
Una eliminatoria de Play-Out que parece rara, porque huele al Grupo IV de la Segunda División B y que llega con sensaciones dispares: el Linares con la pesadumbre de que se había podido evitar estos partidos si hubiera marcado un gol ante el Recreativo; y un CP Cacereño que siente que se ha ganado esta oportunidad a base de trabajo duro y que si se queda, puede volver junto a los suyos. Quedan 180 minutos para saberlo.