Alejandro Copete // @Ale_Copete
A base de sacrificio y esfuerzo, en Sanlúcar aún piensan que la salvación es posible. Seguramente les acabe pesando el pésimo inicio de temporada con Juanito de entrenador, pero el Atlético Sanluqueño ha dejado claro en esta segunda vuelta que está dispuesto a pelear hasta el final. Esa era la idea desde que por primera vez echó el balón a rodar este año en El Palmar.
La llegada de Falete al banquillo se convirtió en una reacción un poco tardía, ineficaz de momento (la salvación directa a 7) pero intachable en el apartado anímico y de ilusión para aficionados verdes. Si en la primera vuelta solamente se consiguieron dos victorias, en el segundo tramo de la temporada llevan 6 consiguiendo además una racha de 8 partidos imbatido en ese camino hacia la esperanza. Unos buenos números cortados por una irregularidad de 4 derrotas en 5 partidos pero que con la última victoria ante el Marbella es un plus motivador para los encuentros contra rivales directos, como es el caso del Real Jaén, que tendrá que tener especial cuidado: casi todo lo que ha ganado el conjunto gaditano ha sido en su casa.
El “nuevo” Atlético Sanluqueño vive de la velocidad de sus atacantes y de sorprender a los rivales a la contra. Pero siguen encajando goles y lo que es peor: no anotándolos. La mala relación con el gol de los gaditanos ha sido una constante toda la temporada siendo jugadores como Mawi y Parada los encargados de aportar en la faceta goleadora por delante de los delanteros más puros. El caso del mediocentro organizador Parada es por los goles de penalti, pero también destaca por su capacidad de sacar el balón y la calidad y puntería de sus desplazamientos en largo. Junto a Sana N’Diaye, el portento físico africano, forman una buena pareja en la medular. Conforme al bajo presupuesto del equipo verdiblanco hubo pocas llegadas en el mercado invernal, pero la mayoría de ellas han conseguido hacerse con un puesto en el once: Ceballos volvía a su casa para ocupar el lateral derecho, Víctor Armero regresaba al Grupo IV para dar más experiencia al bloque y el guardameta Diego García (con breve pasado en la Segunda División) se ha hecho dueño de la portería.
Ante el Marbella, el equipo de la bahía gaditana cumplía 300 partidos en Segunda B. Un número redondo que ante los lagartos será el 301. Un número que quieren seguir aumentando como la fábula de la Hormiga trabajadora y la Cigarra perezosa: poco a poco, cifra a cifra. Va a ser difícil renegar del trabajo mal hecho anteriormente, pero hasta que las matemáticas no te frustren definitivamente, puede pasar de todo.