Alejandro Copete // @Ale_Copete
Las revoluciones no pueden comenzar sin un poco de sangre. Imaginen la Revolución Francesa sin toma de la Bastilla y sin la cabeza de un regente rebotando en el cadalso. Y el equipo grana lo necesitaba tras el gatillazo del año pasado y la desilusionante primera vuelta que ha registrado esta temporada 16/17. Y como es costumbre en Murcia, los constantes cambios de directiva y accionistas significaron de nuevo los aportes económicos como bálsamos para curar: hasta 10 nuevas caras en un mercado invernal con muchas altas y bajas que también trajo el adiós de Paco García del banquillo de La Condomina.
El intento de jugar al toque y con transiciones lentas no se transformaba en goles y, por tanto, en resultados positivos para los murcianos. Un empate a 2 ante el Recreativo como local supuso el punto y final de García y la llegada de Vicente Mir, ex del Hércules, para que fuera la maquinaria que hiciera progresar la revolución murciana. Y lo ha conseguido, porque el Real Murcia es ahora un equipo al alza que ha vencido en 4 de sus últimos 5 partidos, se encuentra dentro de la zona de Play Off y ha conseguido reenganchar a una afición que ya se encontraba hastiada. Todo un espejo invertido de cómo sucedió la temporada pasada, que llegaron desfondados al final. Un retrato de Dorian Gray que esconden en el ático. La cara y la cruz del fútbol.
El nuevo entrenador, además de otorgar instrucciones a su plantilla como intensidad sin balón, orden y presión arriba para recuperar; ha conseguido superar el hándicap esta temporada del Real Murcia: la ausencia de gol. Y mucho debe a la llegada de Víctor Curto, el auténtico culebrón del mercado invernal; y a la de Sergi Guardiola. Ellos son ahora los referentes arriba de una plantilla con 36 goles a favor, un número bajo si los comparas con los de otros equipos de la zona alta de la tabla. Para dar cabida al talento, Vicente Mir parece estar apostando por un sistema con tres centrales donde Golobart es la pieza clave de la zaga y otro de los fichajes es quizás el más destacado: David Sánchez, que vuelve al grupo IV para mostrar lo que mejor sabe hacer: control en la medular y aporte a balón parado. Precisamente son las jugadas de estrategia el punto más débil de este nuevo Real Murcia, que llevan 3 goles encajados de esta manera.
Para el partido ante el Real Jaén es baja por lesión Adrián Cruz. Los pimentoneros quieren llegar lanzados a la pelea por el ascenso para no volver a sentir las piernas agarrotadas y la mente cansada en el tramo final de la liga, donde de verdad se juega lo importante. Y donde todo lo que has hecho antes, ya sea bueno o ya sea malo, puede ser olvidado al final de unos 90 minutos.