Jaén toma protagonismo en la Vuelta a España con la primera de las dos etapas de montaña con las que ronda hispana se despide de Andalucía, el final en alto en la Sierra de la Pandera
Diego M. Díaz Salado // @dmdiazsalado
Consumidas dos semanas de competición, la Vuelta encara su tramo decisivo. Y lo hará con un díptico de dura montaña andaluza, donde se augura batalla por el rojo. Desde tierras sevillanas, Écija, partirá este sábado la serpiente multicolor en la etapa catorce, rumbo a territorio jienense, con un final explosivo en la Sierra de la Pandera, puerto de categoría especial. Serán 8 kilómetros con una pendiente media del 8,1 por ciento. El puerto, corto aunque de una dureza superlativa, presenta rampas con porcentajes superiores al 15 por ciento.
Se trata de uno de los puntos míticos del ciclismo jienense, transitado por miles de cicloturistas al año que intentan emular la épica que la competición siempre ha tenido en la subida al antiguo acuartelamiento militar. La Vuelta, que descubrió esta subida en los albores del presente siglo, ha pasado hasta en cuatro ocasiones por aquí, la de este 2017 será la quinta, siendo siempre final de etapa. En su palmarés, aparecen ciclistas de postín. Heras en 2002 –quedó segundo en esa edición de la Vuelta-, Valverde en 2003 –tercero ese año en la general final-, Kashechkin –también tercero en Madrid en la Vuelta de 2006- y el italiano Cunego –ganador del Giro de 2004-, en la última edición que se subió la Pandera, 2009.
Antes del decisivo final en La Pandera, los ciclistas habrán de superar el paso por Valdepeñas de Jaén, una localidad clásica en las últimas disputas de la ronda hispana, donde un muro con empedrado calentará las piernas, así como el puerto de segunda ubicado antes del municipio, así como el alto de tercera de El Mojón, aún en la provincia de Córdoba. Alcalá la Real –que el domingo acogerá la salida de la 15º etapa en dirección a Sierra Nevada-, Castillo de Locubín, Valdepeñas de Jaén y Los Villares disfrutarán del discurrir de la carrera. En esta primera posta en territorio jienense, se ofrecen 175 kilómetros que si bien no decidirán la Vuelta, sí pueden descartar aspirantes, y ofrecer, una vez más, el mejor ciclismo del momento en un puerto con vitola de dureza y sufrimiento, que además, estará adobado, como viene siendo habitual a cada paso de la Vuelta por estas latitudes, por un calor que hará aún más mella en el pelotón.