Alejandro Copete // @Ale_Copete
Momentos como los que están viviendo ahora en el Rincón de la Victoria son los que hacen de verdad bonito este deporte. En unos tiempos en los que prácticamente tenemos fútbol todos los días de la semana y nos llega a saturar, la historia de un equipo que hace dos años debuta en la Tercera División y hoy en día está sorprendiendo a propios y extraños es una historia que merece la pena contar. El conjunto malagueño sigue en zona de play-offs por el ascenso con 23 puntos con tan sólo 3 derrotas en lo que llevamos de temporada. Con su empate ante el Antequera suma ya 5 jornadas sin perder, 4 de ellas llevándose los 3 puntos a su casillero y solamente permitiendo tres goles en contra.
Sin quererlo, este humilde equipo se encuentra codeándose con los nobles del Grupo IX aunque el objetivo viene marcado por su buena temporada el año pasado cuando consiguieron el séptimo puesto: la idea es seguir esa tendencia ascendente o, por lo menos, quedarse en la categoría. Para ello se ha renovado un bloque cuya mayor característica es la estabilidad a todos los niveles. El presidente cumple 17 años en su cargo, el cuerpo técnico, encabezado por el exfutbolista de Primera División Francisco Javier López Bravo (colgó las botas y se puso a entrenar al equipo rojo en 2011) ha acompañado al equipo malagueño en su despegue hacia la Tercera. Y en el terreno de juego, muchas renovaciones de jugadores que son importantes para la entidad como el referente del ataque Pepe Capitán y el central Ezequiel; con muy pocas caras nuevas.
Entre los fichajes, el único que puede destacar por su experiencia en Tercera División es Salva García. Con un estilo de juego orientado al ataque y al buen gusto con el balón, siempre atrevido sea el rival que sea, destaca por su velocidad en banda derecha Miguelito, uno de los jugadores que más minutos está sumando en esta temporada. En el centro del campo, Alberto López contra la medular con el apoyo de Sergio, otra de las caras nuevas este año.
En sus dos últimas salidas, el C.D Rincón demostró que lejos de su hogar sabe medir el ambiente y ajustar los minutos de partido a su interés, como en la victoria ante El Palo. Un equipo que su único límite es lo lejos que ellos mismos quieran llegar.