El joven jienense de Israel Cycling Academy valora su estreno en el pelotón internacional y muestra su ilusión por correr el Giro 18’, aunque sin presión: “si no llega, no pasa nada, ya habrá ocasión”
Diego M. Díaz Salado // @dmdiazsalado
Díaz Gallego fue el gran estreno andaluz en el pelotón profesional en 2017. Este joven jienense del año 95 daba el salto al profesionalismo tras un muy buen año en el amateur Bicicletas Rodríguez- Extremadura. Lo hizo enrolado en las filas de Israel Cycling Academy, que a su vez, debutaba en la categoría Profesional Continental. Meses después de su debut neoprofesional, Díaz Gallego hace balance para El Deporte de Jaén, considerando su primer año como “positivo, aunque con algunos altibajos”. Un hecho habitual, este último, para un debutante en el profesionalismo, donde se dispara la dureza de recorridos, el ritmo y el nivel de los oponentes. El ciclista jienense ha completado 60 días de competición, una cifra exigente para un novato, y que además ha ido de febrero a octubre, en un calendario prohibitivo para mantener un nivel alto de forma continua.
“La adaptación a profesionales es complicada, piensas que estás bien, pero cuando llevas tres horas y media de carrera notas el cansancio y ves que los demás van como un tiro”, afirma el joven, que se marca como objetivo para 2018 el “ganar consistencia”, de cara a poder llegar en óptimas condiciones a los kilómetros clave. A este respecto, el que fuera ganador del prestigioso Memorial Valenciaga 2016 –prueba amateur de relumbrón-, no esconde que sueña con la posibilidad de correr el Giro de Italia el próximo año, carrera en la que su equipo, Israel Cycling Academy, cuenta con altas posibilidades de ser seleccionado con una invitación, al partir la corsa rosa desde Jerusalén. En ese sentido, y pese a admitir que le hace “mucha ilusión” ser incluido en el nueve del Giro, Díaz Gallego no se obsesiona con ello, conocedor que el suyo es aún un periodo de formación y mejora: “si no llega, no pasa nada. A seguir trabajando. Soy joven y no tengo prisa por llegar a una grande, ya llegarán”, narra con un sosiego poco común en su generación.
En cualquier caso, y a la espera de los refuerzos que puedan llegar hasta el pujante equipo israelita, Díaz Gallego puede presumir de haber sido uno de los componentes más destacados del año que finaliza. Eso sin llegar a alzar los brazos, pero acumulando puestos de mérito como sendos tops 10 en Lugano (1.HC) y la durísima Pro Otzaler, en los Alpes austríacos (1.1), donde se hizo con la victoria Roman Kreuziger. En el competitivo calendario español también acumuló un par de buenas actuaciones en Asturias y La Rioja, aunque se marchó con la espina clavada de no poder brillar en la carrera de casa, la Vuelta a Andalucía a la que llegaba repleto de ilusión. En la Ruta del Sol se vio aquejado de un proceso de alergias y catarro, y aun así, consiguió completar todo el recorrido. “Ojalá pueda volver el año que viene, yo se lo voy a pedir al equipo, a ver si hay suerte”, afirma cuando se le cuestiona por la posibilidad de brillar cerca de los suyos.
Más allá de la búsqueda de la consistencia y mayor regularidad para 2018, amén de la ilusión del Giro, Díaz Gallego valora con mucha positividad la oportunidad de seguir creciendo en el ciclismo profesional. “Estoy muy contento en Cycling Academy, nos sentimos mimados, personalmente me ha impactado como dirigen el equipo”. La temporada venidera, de confirmarse la participación en una grande para este equipo de ascendencia israelí pero plantilla y perspectivas internacionales, estaríamos ante un nuevo paso de gigante de la estructura, axioma que el jienense confirma: “Sí, sería una gran noticia y nos vendría muy bien. Tenemos muy buen equipo de trabajo, buenas perspectivas y el bloque se mantiene, además que vendrá gente importante, ya se han hecho fichajes de grandes ciclistas”. Se refiere, principalmente a Ben Hermans (BMC), Rubén Plaza (Orica), Kristian Sbaragli (Dimension Data) y Sondre HOlst Enger (Ag2r), entre otros, que se incorporan a la escuadra para dar ese gran salto de calidad en una plantilla aparentemente joven y sin un gran rematador que los nutra de triunfos, que aunque han llegado este año (8 en total), se han producido en carreras menores y campeonatos nacionales de Israel y Letonia.
En cuanto a la situación del ciclismo en Jaén, Díaz Gallego resalta el papel que juega Javi Moreno, que recientemente ha fichado por el Delko-KTM francés, también de Continental Profesional. Entre risas, reconoce que lo animó a emprender junto a él la aventura israelí, pero que está “muy contento” destino que ha tomado tras un año en Bahrein Merida. Al mismo tiempo, destacó a otro joven jienense del Bicicletas Rodríguez- Extremadura, Manu Castilla, al que augura un “buen futuro” y que “llegará a profesionales”.