Rubén Ávila y José María Bruno han formado una pareja que desde la distancia desprende una ambición que no parece tener demasiados límites. Su capacidad dependerá de su juego en pista pero su ilusión alimenta la esperanza de lograr un buen resultado en este Master, alcanzado posibles semifinales. José María ha tenido que sobrepasar distintas molestias físicas a pesar de las cuales ha logrado su clasificación para esta prueba final. Por su parte, Rubén confía en prolongar las buenas sensaciones que ha mantenido durante gran parte del año junto a su compañero Fran Cuadrado y plasmar la mejoría experimentada en este último tercio de temporada.
Prometen dar guerra en cada partido en un Master que «será bastante abierto y divertido. A excepción de Luque y Ortega, las demás parejas tenemos un nivel de juego similar», destaca Rubén Ávila. Su compañero Bruno coincide en apuntar a Luque y Ortega como el rival a batir. Precisamente ambos jugadores vuelven a coincidir cuando afirman que les gustaría tener «la intuición y calidad técnica de Antonio Luque», apunta Rubén; y «el remate de Antonio Luque», asegura José María.
«Es pronto para pensar en el próximo año, ahora estamos centrados en el Master» manifiesta Rubén Ávila, que añade que no olvida «la posible convocatoria de la Selección provincial la semana siguiente». Por su parte, José María Bruno admite mantener intacta la ilusión «para poder mejorar los resultados de este año y seguir trabajando para en un futuro recoger los frutos».