Alejandro Copete // @Ale_Copete
Pese a las dudas con las que comenzaron la campaña, a estas alturas de competición el Antequera es un tren verdiblanco que va a toda máquina. 11 partidos invicto, los últimos 6 ganando de manera consecutiva y ser el segundo equipo más goleador son el carbón que va alimentando a esta locomotora en busca de la estación de los Play Offs. La última derrota de los malagueños fue el 1 de noviembre del pasado año frente a otro jiennense, el Martos. Actualmente son los que marcan el territorio de los sueños, pero sus tres puntos de diferencia con el quinto clasificado hacen que todavía sigan existiendo en el plano de los mortales y el riesgo de dormirse en los laureles.
Ante el Real Jaén quizás veamos el encuentro más atractivo de la jornada para los espectadores futbolísticos neutrales, dos equipos enrachados y mostrando sus mejores versiones para cumplir el objetivo común de ser de bronce. También tendrá un sabor especial el partido por jugadores como Cala y Dani Torres, que volverán a La Victoria; y por el entrenador Aybar, tercer año en el proyecto malagueño y que volverá a sentarse en el banquillo tras cumplir su sanción.
El bloque verdiblanco se ha visto reforzado en este mercado por dos fichajes de relumbrón: para la defensa el retorno a nuestro país del central Álex Portillo tras su aventura sueca (ex canterano del Málaga C.F y que llegó a debutar en el primer equipo) y si no fuera poco con los goles de Juanfri (10), Diego (7) y Luisillo (7), el hispano-polaco Wojcik vuelve a tierras malagueñas tras anotar el año pasado 19 goles en aquel Atlético Malagueño que no ascendió en el último suspiro. Por si no fueran suficientes ya las aportaciones de Mauro desde la mediapunta (solamente se ha perdido una jornada) o Rafilla, otro de la medular que quizás sea el punto más fuerte de este Antequera C.F.
Mientras el filial malaguista sea inalcanzable (a ver cómo reacciona ante los dantescos sucesos de esta semana), la lucha quedará entre los “semi-dioses”, podríamos llamarlos, como Real Jaén y Antequera, en una búsqueda de la gloria pero de al mismo tiempo separarse del resto de los mortales y formar una élite en el Grupo IX de la Tercera División. La primera de las muchas gestas que deben conseguir para volver a la Segunda División B.