El holandés, abnegado gregario de Froome, supo esperar con bíblica paciencia su oportunidad para de un hachazo hacerse con el triunfo en el empinado cerro de La Guardia. Jaén volvió a demostrar sus credenciales como escenario ciclista de postín y los paisanos Moreno y Díaz dieron el callo: 15º y 31º, respectivamente
Diego M. Díaz Salado // @dmdiazsalado
Wout Poels (Sky) alzó los brazos en la etapa jienense de la Ruta del Sol cruzando en solitario la meta de Allanadas. El holandés, ciclista abnegado y de briega, conquistó la picuda cima tras una ascensión que se labró palmo y palmo y en la que sentó cátedra de cómo negociar porcentajes de vértigo en una fase de la temporada en la que las piernas aún están verdes. Un hachazo a 300 metros tras neutralizar el ataque anterior de Wellens (Lotto Soudal) sirvieron para que el habitual gregario de Froome, convertido por momentos en gerifalte, estrenara su palmarés en 2018 y se vistiera de líder. Luisle Sánchez (Astana) y el propio Wellens le secundaron a 2 segundos, seguidos por Landa (Movistar) y Fuglsang (Astana), a 4, mientras que el gran protagonista de esta Ruta del Sol, Chris Froome, se dejó 27 preciosos segundos que lo alejan de reeditar el triunfo que ya se llevara en la ronda andaluza de 2015, siendo séptimo en la etapa. Los jienenses Moreno (Delko) y Díaz (Cycling Academy) acabaron 15 y 31, respectivamente.
La posta jienense de esta 64 edición de la carrera andaluza arrancó en Otura, Granada, antes de vivir sus kilómetros clave en terreno jienense. Esta segunda etapa, de apenas 140 kilómetros pero con eléctrico trazado con cinco puertos –dos de tercera, dos de segunda y el final de primera en Allanadas- no dejó indiferente al espectador. De partida, una numerosa fuga de hasta nueve integrantes, con el joven granadino Álvaro Cuadros (Caja Rural) entre ellos. Los fugados hicieron camino y llegaron a obtener una renta de siete minutos con respecto a un pelotón que, como es proceder, aceleró la marcha a partir de Valdepeñas de Jaén, donde de nuevo se disfrutaron de estéticas estampas ciclistas.
La plasticidad del mar de olivos se tornó urbana con el avistamiento de Jaén, destacando la realización televisiva de la ronda sureña la imponente catedral. A esas alturas, a poco menos de 20 kilómetros para la cima de La Guardia, la serpiente multicolor liderada por Astana aceleraba la marcha e iba engullendo integrantes de la escapada del día, con tres supervivientes en liza, a dos minutos: Alexis Gougeard (Ag2R), Eenkhoorn (Lotto NL Jumbo) y el español Diego Rubio (Burgos BH), éste, casi irreductible último mohicano, aguanto escapado hasta a falta de dos kilómetros con una mínima ventaja y la lengua fuera.
Los rampones de Allanadas, un puerto corto, de carretera rugosa y mucho sabor mediterráneo dictaron sentencia. Esta era la tercera ocasión en la que la Vuelta a Andalucía subía este cerro empinado al 10% de media. En las dos anteriores triunfaron ciclistas que estaban en liza: Sergio Pardilla, ahora en Caja Rural, en 2010 y el ya referido Froome, en la edición de 2015. Ambos aparecían en la primera selección, un grupo de favoritos que subía a chepazos, como si el asfalto tuviera brea. Más que vigilancia, lo que no habían eran watios para marcar entre sí diferencias. Landa, Fuglsang y sobre todo Wellens lo intentaban sin abrir brecha, con Froome sufriendo más de lo habitual y opciones en el bonito rifirrafe que se libraba. Así hasta que el neerlandés de Sky, un tipo templado que ya sabe lo que es ganar en otras grandes vueltas cortas hispanas como País Vasco, Cataluña o Comunidad Valenciana, hizo uso de aquello del momento preciso en el lugar adecuado para encajarse en la meta en solitario. Acostumbrado a trabajar para Froome, siendo lugarteniente clave del keniata en el logro de Tour y Vuelta, aprovechó la efímera libertad que su jefe de filas le daba para presentar credenciales a la general andaluza. Tras la etapa llana que este viernes parte de Mancha Real y finaliza en Herrera (Sevilla), la Ruta del Sol nos traerá dos emocionantes postas más, una de final en muro en Alcalá de los Gazules y la innovadora cronometrada de Barbate, que incluye tramos por caminos rurales sin asfaltar, al más puro estilo mountain bike.
Al respecto de los jienenses, Moreno volvió a dar el callo, como viene siendo habitual en la carrera de casa. El bravo ciclista torisiano se colocó en una meritoria 15º posición a 51 segundos del ganador, exhibiendo un nivel de primera fila. El líder de Delko demuestra una vez más que con confianza sus prestaciones son garantía de resultados. A poco que aguante el tirón en el complicado final de Alcalá de los Gazules y siéndole favorable a sus características la crono de Barbate, el jienense tendrá la oportunidad de superar el top 10 de la general logrado en 2017, su mejor marca de siempre en Andalucía. La otra grata noticia de la jornada fue la 31º posición de Díaz Gallego, el segundo de los jienenses en liza. El joven pupilo de Cycling Academy justifica su progresión en esta su segunda temporada como profesional, ganando en consistencia, madurez y capacidad de sufrimiento. Llegó a 2:13 de Poels, demostrando la buena salud del ciclismo profesional en Jaén.