
Vicente Ortiz regresa a la victoria con el equipo malagueño. Foto: Alhaurín de la Torre CF.
Alejandro Copete | @Ale_Copete
Con solamente ocho puntos de 30 posibles, cinco partidos sin ganar (siendo cuatro de ellos derrotas) y con el “honor” de ser junto al CD Melilla el equipo más goleado del Grupo IX, en el Alhaurín de la Torre CF están comenzando a sonar las alarmas.
Se cumplió con sufrimiento el objetivo de permanecer en la categoría tras venir de una división inferior, pero la realidad de los malagueños en este inicio de temporada está siendo completamente negativa.
A esa mala racha de resultados se le suma una plantilla corta que por culpa de las lesiones ha ido menguando aún más, teniendo que tirar el nuevo míster Vicente Ortiz (ex segundo entrenador del Real Jaén y con experiencia como entrenador en Tercera a los mandos del Antequera) de la cantera, con jugadores como Peña, Burgueño y Miranda que han llegado a jugar minutos con el primer equipo malagueño.
Entre esos lesionados se encuentra Montero, uno de los pilares que continúan en el equipo blanquiazul. Otros futbolistas que deben dar el paso por su veteranía y galones son Darío, el mediocentro que es un nombre fijo en el once titular; y el extremo Kike, que el año pasado consiguió anotar 19 goles.
Entre las caras nuevas que llegaron al Alhaurín de la Torre CF, destacan la de Castillo (con experiencia en Segunda B en equipos como Poli Ejido, UCAM Murcia y San Fernando entre otros), el portero Sandro procedente del descendido CD Alhaurino y el centrocampista Andrés, que viene tras probar en el fútbol gibraltareño. La habitual apuesta por los jugadores locales se refleja en el central Dani Rojo.
De momento parece que la paciencia aguanta en El Pinar, pero el Alhaurín de la Torre es un equipo con malos registros como local. Tienen como excusa que no se trata de su terreno de juego habitual.
Las dos únicas victorias que han obtenido esta temporada las han conseguido lejos de su hogar, pero esa buena racha se ha visto interrumpida por dos salidas consecutivas donde volvieron a Málaga con sendas derrotas abultadas: 4-0 y 5-0.
En un día atípico para un partido de la Tercera División por ser festivo y con muy poco margen de tiempo para el siguiente partido el fin de semana, ambos equipos se juegan no solamente los tres puntos, sino ese plus de confianza o de desesperación que te puede dar un buen o mal resultado. Un empacho de fútbol que puede hacer mala digestión.