Alejandro Copete | @Ale_Copete
Pablo Infante, mítico jugador de aquel Mirandés de Segunda B que llegó a ser semifinalista copero, fue la mano inocente que determinó que el Atlético de Porcuna se enfrente el próximo 13 de noviembre al Club Atlético Antoniano por dar un paso más en el torneo del KO, que este año desde la RFEF prometen que será más del KO que nunca.
Este equipo de la localidad sevillana de Lebrija, fundado en el año 1964, fue campeón del Grupo I de la División de Honor Andaluza para regresar, tras dos años de ausencia, al Grupo X de la Tercera División.
Y lo ha hecho con mucho sabor local, sabor de la tierra, ya que un gran porcentaje de jugadores que forman el primer equipo son naturales de dicha localidad sevillana o de los alrededores.
Y también ese aroma en la parcela técnica con Francisco Javier Cordero, que bajo el seudónimo de “Rubio” llegó a jugar, aparte de en el propio Antoniano, en las canteras del Sevilla FC y del FC Barcelona a finales de los 90.
Y el regreso a la categoría no ha podido ser mejor para los lebrijanos ya que con 27 puntos se han colocado en cuarto lugar, en zona de Play-Offs, gesta que solamente (la de jugar postemporada) han conseguido una vez en su historia, en el año 2002.
Cinco victorias en 8 partidos y siendo el tercer equipo más goleador de la tabla es el aval con el que se están presentando de momento los lebrijanos en el fútbol de Andalucía Occidental. Y lo están consiguiendo con muy pocos refuerzos en esta plantilla joven y cargada de ilusión.
Entre las caras nuevas destacan la llegada de Carlos Branco, defensa boliviano con pasado en la Segunda B en las filas del Sevilla Atlético y Zamora, y el último en llegar, que además vuelve a casa tras un paso por el fútbol internacional: Pepelu, delantero que llegó a debutar con el Betis en competición europea.
Otro de los destacados es su capitán, el centrocampista Chamizo (que llegó disputar unos minutos en el Bronce con la elástica del Cádiz en un partido frente al Real Jaén).
Todavía queda mucho para el duelo copero, pero el Atlético de Porcuna debería vigilar a los jugadores que están siendo clave en los onces iniciales del Atlético Antoniano: el defensa Alberto, el carrilero Ezequiel y el pichichi Ranchero, que pese a jugar de extremo lleva 5 tantos de momento tras llegar al Antoniano desde la UB Lebrijana, el eterno rival de los rojiblancos.
Un duelo andaluz copero que tendrá como objetivo, pase quien pase, reivindicar estas categorías futbolísticas a primer nivel. A ver si conseguimos que el “infrafútbol” lleve los sentimientos que se respiran cada domingo a las grandes canchas de nuestro país.