Rosa Bárcenas
Hoy, que ando inspirada y me ha dado por churretear reflexiones de filosofía barata, he leído algo que me ha llamado la atención. Escribe por ahí un señor de estos que piensan tanto, que el ser humano, como ser bípedo que camina sobre los dos pies de forma erguida, se puede definir como ser vertical, aspira a ascender, subir hacia arriba, llegar a lo más alto, en todos los sentidos de la vida. Y esto me ha hecho pensar que a los que nos gusta subir montes nos pasa un poco eso… pero dice también este pensador que desde la altura, el abismo le asusta, y no puede sino alejarse del borde espantado en el fondo por su temor a caer.
Concluye comentando que el miedo a la altura es una actitud defensiva (menos en Alex Honnold claro), ¿por qué entonces tendemos a seguir subiendo? ¿qué puede más? ¿nuestra necesidad de llegar más alto, o guardar a buen recaudo lo más parecido de lo que disponemos, o sea, nuestra vida? Supongo que, como siempre, depende de cómo se mire…
Nos desplazamos en esta ocasión mi compañero de cordada y yo a la Arista del Cartujo en Sierra Nevada. Aunque el terreno a grandes rasgos no parecía complicado, la disposición de las rocas, enormes lanchas de micaesquistos inclinadas, hacía divertida la progresión y obligaba a no bajar la guardia. El trazado consiste en recorrer la espina dorsal de una arista que nos lleva a la cima del Tozal del Cartujo, pico de 3.151m de altitud del Sistema Penibético. Desde su cima se contemplan tres de los cuatros valles más occidentales de Sierra Nevada: el formado por el río Dílar, que vierte sus aguas en el Atlántico; y los de los ríos Dúrcal y Lanjarón que lo hacen en el Mediterráneo.
Cuando alcanzamos la cumbre se nos llenan los ojos de sus vistas, y el ego nos sube al 200%, hemos llegado a lo más alto, yo tragando saliva en cada paso expuesto, pero lo hemos logrado. Eso hará que repitamos y volvamos a plantearnos otra actividad similar para la que volveré a reflexionar sobre lo mismo como ser vertical que soy, ¿subir hacia arriba para alcanzar la cima o guardar a buen recaudo mi vida?, seguramente apostaré por volver a subir, aunque solo sea para luego volver a bajar y repetir mil veces mis cuestionamientos, pero como dice el refrán ‘mientras voy y vengo…por el camino me entretengo’.