Alguien escribió “todo o nada” en el espejo del vestuario visitante del Juan Rojas. Y así fue. Jaén Rugby y U.R. Almería jugaron un partido a tumba abierta. Un encuentro en el que lo único que importaba era marcar un punto más que el rival. Y así fue.
El resultado: 11 a 10. Los jiennenses jugaban para espantar fantasmas. Los almerienses, para proclamarse campeones en su campo. Y no lo fueron. Porque, en rugby, el mejor homenaje que se le puede hacer el rival es pelear.
Porque ese “todo o nada” escondía otro porqué: un adiós con victoria al entrenador que les hizo campeones de liga y a su veterano capitán, que ha decidido ceder su brazalete. Y así fue.
Esa tensión se trasladó del ambiente al terreno de juego. El partido fue bronco, trabado y con los nervios a flor de piel. Nervios y tensión -enemigos del juego- que se tradujeron en errores e indisciplinas. Los primeros puntos subieron al marcador de URA.
Habían dominado los jiennenses los primeros minutos –incluso erraron un golpe de castigo-, pero los almerienses aprovecharon su primera incursión en campo contrario.
Un penal touch sacado sobre la cal de la veintidós jiennenses se convirtió en una plataforma que avanzó hasta cinco metros de la línea de ensayo.
La jugada la culminó el primer centro, Gonzalo Pérez, quebrando a su defensor y posando el balón. Ensayo transformado y 0-7. Acortó distancias Peio Gil anotado dos golpes de castigo.
El colegiado Jorge Molpereces había mostrado minutos antes tarjeta roja al jugador almeriense Francisco Martín. El segunda línea propinó un puñetazo en un ruck a Jose Manuel Espinosa, capitán de Jaén Rugby.
Esta acción obligó a U.R. Almería a jugar 60 minutos con uno menos y lo acabó pagando. En esa misma jugada vio amarilla Marco Gasparri, pero su expulsión fue temporal. La primera parte acabó sin cambios ni en el juego ni en el marcador.
Quiso URA aprovechar los 10 minutos de respiro que proporciona el descanso para ampliar su ventaja nada más arrancar la segunda parte.
Lo consiguió. Las acometidas de su delantera, con viento a favor, provocaron una nueva infracción jiennense que aprovechó el pateador del equipo almeriense, su apertura Nacho de Luque, para sumar tres puntos más. Pero su casillero ya no volvería a moverse.
El encuentro entró en una fase de nervios, de agarrones, de imprecisiones, pero también de muchísima emoción. Había mucho en juego. UR Almería necesitaba ganar para ser primero de grupo y tener un cruce de cuartos más cómodo.
Jaén Rugby quería terminar su irregular temporada con una victoria que dedicarle a su entrenador y a su capitán que se marchaban.
Los jiennenses perdieron varias oportunidades de acercarse en el marcador gracias a los golpes de castigo señalados por el colegiado. El viento racheado frustró hasta tres lanzamientos de Peio Gil, pero no mermó ni un gramo la motivación del conjunto de Jaén y sus ansias de ganar.
Con una defensa implacable, jugando a la mano con acierto, poco a poco el XV de Jaén Rugby fue ganando confianza en que el ensayo llegaría. Lo anotó Exequiel Orellana a 10 minutos del final.
Un ensayo de fuerza, que se fraguó en campo propio, avanzando con la melé, llevando el balón al ala. Un tuya-mía entre Yako Irusta y Rafa Teruel lo situó a cinco metros de la línea de ensayo y Orellana lo posó en la zona de marca con suspense.
El argentino ha terminado la temporada con 11 ensayos anotados y 55 puntos. Facu Rutolo tampoco transformó la patada posterior al ensayo, por lo que el 11-10 del marcador ya no se movería a pesar del empeño almeriense.
Día de despedidas y agradecimientos
El pitido final fue liberador. Los almerienses acabaron en campo rival buscando un ensayo que les devolviera a la primera plaza que perdían con la derrota. Sus delanteros percutían sin descanso, pick and go tras pick and go.
Los jiennenses les placaban una y otra vez sin flaquear. Así se fueron consumiendo los minutos. Habían pasado 4 de los 80 reglamentarios cuando el colegiado pitó golpe de castigo contra URA al caer un jugador almeriense sobre un ruck. Tiempo cumplido, balón sacado a la grada y final del partido.
Un 11-10 definitivo que se convertiría en la victoria número 31 de Juan Alfredo Cerván en sus dos temporadas como técnico de Jaén Rugby. Sus jugadores se la dedicaron a él y a su capitán Jose Manuel Espinosa, que ha decidido renunciar a la capitanía aunque seguirá presentando batalla en los campos.
Ambos, entrenador y capitán, se fundieron en un emocionante abrazo sobre el césped del Juan Rojas. Cerván recibió el reconocimiento del club a pie de campo, de manos de su presidente, Eduardo Sánchez, y de miembros de la junta directiva.
El club ha reconocido públicamente la trayectoria del técnico marbellí en estos dos años al frente de la parcela deportiva de Jaén Rugby. De su mano, y de la de Nicolás Sanfilippo, el club jiennense alcanzaría por primera en su historia el campeonato de liga. Una temporada 2019/20 en la que una pandemia evitó cotas incluso mayores.