España encaraba las semifinales sin haber perdido un solo partido y acabando como líder de su grupo tras realizar tres excelentes partidos. Eso suponía verse las caras con Polonia en semifinales.
El equipo de Lukasz Zebrowski, que no había perdido detalle del planteamiento de Ucrania, simuló el mismo plan que tan buenos resultados le dio en la primera parte: defender y aguardar a una ocasión a la contra.
Y precisamente fue una de esas contras la que se tradujo en un penalti que le costaba la amarilla a Pablo Ordóñez. Sendlewski, encargado de lanzar la pena máxima, apuntaba a media altura, donde Mario ponía el brazo. Sin embargo, la fortuna quiso que el balón rebotase en el palo para acto seguido introducirse en la portería.
Tocaba remar a contracorriente y los múltiples intentos del combinado nacional no acababan en gol, incluyendo el disparo de Guido que se estrellaba contra el poste.
Polonia conseguía anotar otro en una jugada extraña, pero estaba fuera de tiempo y no subía al marcador. Los jugadores se marchaban a vestuarios con la intención de remontar.
En la segunda parte, los de Albert Canillas salieron con todo y no tardaron en cambiar las tornas. En solo catorce segundos, Álex García a la salida de un saque de esquina y Rivera, con un toque de una calidad incalculable, hacían que la grada se volviera loca. Pero llegar a la final iba a estar sufrido y un gol de Turkowyd forzaba la prórroga.
En el tiempo extra, Polonia ya no tenía fuerzas y España tenía piernas para tres partidos más. Fue entonces cuando Nico por partida doble y Carrasco, daban la puntilla a los polacos.
De este modo, la Selección se planta en la final, en la que se medirá a Portugal el próximo sábado a las 19:00 horas (Teledeporte). Ya solo queda un paso para intentar revalidar el título.