“No compito como entreno”, “No soporto la presión previa a las competiciones”, “Quiero volver a ser la misma deportista que antes de la pandemia”, “Llevo ya 2 carreras donde no gano. Sí no gano, es porque no valgo para esto”, “Si fallo, todos se burlarán de mí en las redes”, “Soy muy malo (como deportista) y he dejado de quererme (como persona)”, “Me pongo muy nerviosa, creo que voy a hacer el ridículo y se van a reír de mí”, “No consigo dormir las noches previas a las ruedas de prensa y el mismo día se me acelera el pulso y la respiración. Tengo miedo a equivocarme en las respuestas a los periodistas”.
Estas son algunas de las demandas de los deportistas y entrenadores de atletismo, triatlón, motociclismo, fútbol, golf, ciclismo, natación, hípica, pádel y tenis con los que he trabajado en las últimas semanas.
Todos estos casos compartidos, tienen un denominador común: Las personas lo vivencian de una manera desadaptativa, teniendo un impacto significativo en su rendimiento deportivo y bienestar psicológico.
Bajo mi punto de vista, y mi forma de entender la Psicología Deportiva, hay una serie de pilares a la hora de intervenir con deportistas, técnicos, árbitros o padres en el mundo del deporte:
1. El papel del psicólogo del Deporte es optimizar el rendimiento deportivo del deportista, preservar su salud mental o bienestar psicológico y buscar su crecimiento personal. Cuando un sujeto inicia un proceso de entrenamiento mental, lo primero es velar por la salud psicológica de la persona y desde ahí potenciar su rendimiento deportivo.
2. La persona detrás del deportista. Los problemas o situaciones de la “vida personal” del deportista influye en su “vida deportiva” y viceversa. En mi trayectoria profesional, me he encontrado con distintas situaciones personales (ruptura de pareja sentimental, pérdida de un ser querido, cambio de lugar de residencia, separación de progenitores…) que han impactado en el rendimiento deportivo del deportista y, por tanto, han requerido de intervención. E igualmente situaciones deportivas ‘per se’ (cambio de club, cambio de equipo técnico, perdida de patrocinadores, falta de apoyo familiar en la carrera deportiva, lesiones, críticas deportivas en redes sociales…) que han influido de forma directa en la salud mental y bienestar psicológico del deportista e, igualmente, han necesitado de intervención. La ‘vida personal’ y la ‘vida deportiva’ del deportista están interrelacionadas.
3. La madurez mental es más tardía que el desarrollo técnico, táctico y físico. Este aspecto, es muy relevante en edades tempranas en el mundo del deporte. Como psicólogo deportivo, más allá de las tradicionales categorías federativas (benjamín, alevín, infantil, cadete y junior) que vienen marcadas por la edad, acostumbro a identificar al deportista en base a su madurez mental en cuatro etapas:
a) Etapa de estar jugando.
b) Etapa de estar aprendiendo a entrenar.
c) Etapa de estar aprendiendo a competir.
d) Etapa de estar compitiendo para ganar.
Hay que contextualizar el rendimiento deportivo en función de la etapa evolutiva del deportista.
4. El cerebro funciona a través de los principios del placer y el dolor y va buscando evitar el dolor y acercarse al placer. A nuestro cerebro le cuesta procesar sensaciones positivas tras una experiencia negativa y viceversa.
5. ¿Cómo sientes? La emoción desde la que compites, ¿te limita o te potencia? Es necesario trabajar los miedos del deportista. Hay deportistas que tienen una orientación al éxito frente a otros que están más orientados a evitar el fracaso. La gestión emocional, como otro pilar de la preparación mental.
6. ¿Cómo piensas? Me refiero a las creencias y el autodiálogo que tienes antes de la competición (en los entrenamientos, en los días previos a la competición), el día de la competición (durante tu rutina previa, en la charla previa, durante la competición, durante los descansos sí los hubiera en tu deporte) y después de la competición. Estas creencias y como te hablas a ti mismo ¿restan o suman en tu rendimiento?
7. Los valores. Para ti, ¿Cuáles son los valores más importantes del mundo del deporte en general? Y en tu disciplina deportiva en particular, ¿Cuáles son los valores que destacarías? Tus valores como persona, ¿conectan con los valores de tu disciplina deportiva?
8. ¿Cómo influye tu familia, el entorno en tu rendimiento? Hay estudios que recogen que el disfrute y el nivel de ansiedad de los deportistas más jóvenes viene determinado, en gran medida, por la interpretación competitiva que tengan los padres y la tolerancia del deportista a las críticas en redes sociales.
9. El entrenador, como un rol clave en el contexto deportivo. El entrenador como un líder visionario que marca los objetivos y el camino para su consecución y, a la vez, motiva al equipo o al deportista para que tomen esos objetivos como propios.
El deporte es un contexto apasionante pero complejo. Muchos trabajan, se sacrifican y entrenan día a día, pero pocos logran alcanzar sus objetivos.
Hay otros contextos más agradecidos. El estudiante sabe que sí trabaja y se esfuerza tarde o temprano (sea en 4, 5, 6 o incluso más años) va a llegar a obtener su grado universitario porque la universidad no tiene un número limitado de títulos a repartir, pero el deporte si.
El deporte es una realidad más compleja. Un segundo, una milésima, un watio, un KO técnico, un gol, un bougey, un triple, un set, una marca, un ensayo, un tie-break, unas décimas de puntuación, un touché, una elección de neumáticos, un waza ari… te pueden dejar fuera.
De ahí, la necesidad de contar con los recursos y herramientas del entrenamiento mental.
Jose Antonio Montero
Psicólogo Deportivo
Experto en Psicología del Deporte y Coaching deportivo
Máster en Psicología de la Actividad Física y el Deporte