El concejal de Deportes, Carlos Alberca, acompañado por el presidente del club Sugar Ray Jaén, Raúl Buendía, y su homólogo en la Asociación Jiennense de Esclerosis Múltiple, Pedro Malagón, ha presentado la velada de White Collar Boxing que se celebrará el 18 de febrero en el Hotel HO Ciudad de Jaén a beneficio de Ajdem.
El club Sugar Ray Jaén, el Patronato Municipal de Deportes, la Federación Internacional World Boxing League y Fightland España son los organizadores de un evento solidario que contempla la celebración de 16 combates entre aficionados que practican su deporte favorito en el club de la capital, en el Sugar Ray Linares y en el Hispaboxing de Granada.
Alberca ha destacado “que se trata de la cuarta edición de un evento que destaca por su singularidad y que capta la participación de deportistas completamente aficionados al mundo del boxeo que tienen la oportunidad de cruzar guantes, de luchar, contra otros contrincantes en las mismas condiciones”.
“Es un evento que ya está prácticamente consolidado en nuestra ciudad, que tiene su atractivo y, por supuesto, un carácter solidario que lo hace aún más grande si cabe. La recaudación ayudará a Ajdem a seguir dando visibilidad a las personas con esclerosis múltiple, a sensibilizar a la sociedad y a promover más procesos de investigación para la atención a las personas que la padecen”, ha añadido.
Raúl Buendía, por su parte, ha explicado que la noche del White Collar Boxing “es un producto del boxeo nacional que hemos sido los únicos en fomentar y que se ha convertido ya en un clásico, siendo su fondo social lo mejor que tiene”.
“Desde que empecé a boxear lo único que he hecho en esta ciudad ha sido promover este deporte y lo hemos conseguido a través de las escuelas municipales del Ayuntamiento de Jaén, con niños desde los seis años, y con boxeadores ya de un nivel de rango como el de la selección española, pero este producto me hace una especial ilusión porque es lo que faltaba para fomentar entre todos los públicos la parte más bonita del boxeo”, ha subrayado.
Pedro Malagón, mientras, ha querido agradecer al Club Sugar Ray una iniciativa “que ha supuesto una inyección de moral” y ha explicado que “el boxeo tiene una afinidad importante con los problemas de la esclerosis múltiple”.
En este sentido, ha argumentado que “es una lucha en solitario en la que la persona tiene que esforzarse para superarse a sí misma y para enfrentarse a un contrincante. En nuestro caso, a una enfermedad y, en el del boxeo, a la persona que tienes enfrente. Además, la fortaleza, más que en el físico, reside en la mente y si te caes a la lona tienes que levantarte y seguir luchando”, ha continuado.
La velada de White Collar Boxing comenzará a las 20:00 horas en el salón La Estrella del Hotel HO “Ciudad de Jaén”. Los interesados en asistir pueden adquirir la entrada, cuyo precio es de 15 euros, en el club Sugar Ray Jaén, en la calle Camino de las Cruces, número 3. Solo quedan 50 disponibles de un aforo máximo de 800 personas.
White Collar Boxing significa literalmente “boxeo de cuello blanco”, que es como el mundo anglosajón identifica a profesiones que normalmente se llevan a cabo con traje, siendo también conocida esta modalidad como “boxeo para ejecutivos”.
La historia de este deporte se remonta a finales de los 80 en la ciudad de Nueva York, cuando varios financieros y abogados de Wall Street decidieron entrenar como boxeadores profesionales en el mítico gimnasio Gleason’s de Brooklyn. La primera pelea organizada fue entre el abogado Richard Novak y el doctor en literatura inglesa David Lawrence, quienes delante de un nutrido público formado por compañeros de trabajo, familiares y amigos, se enfrentaron en un combate para después irse a cenar todos juntos.
Al poco tiempo eran decenas los ejecutivos que querían experimentar la sensación de sustituir la corbata de las mañanas por los guantes de boxeo por la noche. Lo que empezó siendo una actividad para ponerse en forma, perder peso y eliminar estrés, se reveló como un extraordinario sistema de entrenamiento que, además, reducía la tensión y agresividad, canalizaba el exceso de competitividad e incrementaba de forma radical la capacidad de reacción, la confianza y concentración.