El fantasma del descenso se hizo realidad para Álvaro Aguado e Iván Sánchez. El empate del Real Valladolid ante el Getafe en la última jornada liguera fue insuficiente para que los pucelanos lograsen conservar la categoría.
Un resultado, que unido al empate del Almería frente al Espanyol, terminó con el conjunto vallisoletano completando la terna de equipos que la próxima temporada deberán jugar en Segunda División.
Para la final ante el Getafe, Pezzolano depositó su confianza en Álvaro Aguado para comandar, junto a Roque Mesa, la sala de máquinas del Real Valladolid. Aunque no fue su mejor partido, el jiennense fue de lo poco salvable en el cuadro blanquivioleta.
No paró de buscar y pedir el balón para intentarlo de todas las maneras posibles, incluso intentándolo con algún lanzamiento lejano. Pero la voluntariedad del centrocampista jiennense no fue suficiente para evitar la debacle.
Menos opciones tuvo Iván Sánchez, que tuvo que conformarse con verlo todo desde el banquillo. Desde la llegada de Pezzolano, el de Campillo de Arenas ha ido perdiendo protagonismo hasta casi no contar con oportunidad alguna.
Ahora se abre un periodo en el que habrá que esperar acontecimientos para conocer el futuro de ambos jugadores. Aguado finaliza contrato y todo apunta a que no continuará en Zorrilla. Equipos de Primera División como el Getafe ya han mostrado interés en su incorporación.
Por su parte, Iván Sánchez está vinculado al Real Valladolid hasta junio de 2024. Con contrato en vigor, falta por ver cuál será el futuro del 21 blanquivioleta. Si continúa en Pucela siendo uno de los referentes para retornar a la máxima categoría o busca nuevo acomodo en otro club.