En su primera incursión en la Baja de Hungría, Fidel Castillo y su copiloto, Marc Solà enfrentaron un desafío que puso a prueba su destreza, resistencia y pasión por el motor. Desde el inicio, el equipo Ahúja Racing se propuso dejar su huella en la competición, pero la naturaleza impredecible de las carreras tenía otros planes para ellos.
La competición comenzó con una nota alta, conquistando el mejor tiempo en la categoría durante la etapa prólogo, marcando así un gran inicio para el equipo. Durante la primera etapa el equipo quiso mantener un perfil conservador, dado que el vehículo había sido recientemente reparado y no querían arriesgar hasta estar seguros de que todo estaba bien. El resultado fue bastante positivo, logrando un gran tercer puesto con muy buenas sensaciones durante la conducción.
Sin embargo, la segunda etapa no estuvo exenta de dificultades. Fidel Castillo y Marc Solà se encontraron con una avería mecánica que les obligó a detenerse. Piloto y copilo lograron reparar el vehículo sobre la marcha consiguiendo así, finalizar la etapa sin tener que retirarse, pero el tiempo perdido les supuso un hándicap terrible, bajándoles en la clasificación hasta el séptimo puesto.
El segundo día de competición trajo consigo más pruebas y oportunidades. Y aunque hicieron un gran trabajo, asegurando el segundo lugar en las dos etapas del día, la adversidad del día anterior persistió.
A pesar de este revés, Fidel Castillo mantuvo el foco en el objetivo final y en superar cada obstáculo que se cruzara en su camino. Gracias a esto, remontaron en la clasificación general de su categoría, finalizando en el quinto lugar de la Baja de Hungría.
«La Baja de Hungría fue una montaña rusa llena de emociones y desafíos. Cada giro y cada momento en la pista nos recordaron la esencia misma de las carreras: la perseverancia y la pasión por superar los límites. A pesar de las dificultades, Marc y yo nos mantuvimos unidos como equipo, enfrentando cada obstáculo como mejor sabemos», compartió Fidel.
A pesar de los altibajos, el joven piloto se muestra optimista sobre el futuro. «Cada carrera es una oportunidad para aprender y crecer. Las experiencias en la Baja de Hungría nos han fortalecido y preparado para los próximos desafíos. Continuaremos enfrentando cada carrera con la misma pasión y dedicación que nos ha llevado hasta aquí».