Alejandro Copete // @Ale_Copete
No es fácil el día a día en Murcia. Tras 10 años sin pisar la Segunda División, categoría donde el Real Murcia es el clásico por excelencia (53 temporadas), la necesidad de volver al fútbol profesional impera.
Esté quien esté al mando (caóticas las situaciones que se han ido viviendo a lo largo de los años en la planta noble pimentonera), dando igual los diferentes presupuestos para la plantilla y dando lo mismo con el inquilino del banquillo murciano. El rey quiere volver a su trono.
Y el ex portero uruguayo Gustavo Munúa es el encargado de volver a ilusionar a la parroquia del Real Murcia y conseguir el ascenso, algo que se le escapó casi de las manos cuando entrenaba al Cartagena. Tras un irregular inicio de temporada, Munúa ha conseguido encauzar a su equipo y ahora está séptimo en la tabla del Grupo II de la Primera RFEF con 14 puntos, a uno solo de la zona de Play-Offs.
Las dos victorias por la mínima seguidas, donde ha habido más resultados efectivos que buen juego pimentonero, han venido como agua de mayo a un equipo donde más ha mejorado ha sido en la parcela defensiva. Han pasado de sumar ocho goles en contra en las primeras cuatro jornadas de campeonato a llevar cuatro de cinco partidos sin que los rivales sepan meterles mano.
Y también puede deberse a que ya ha pasado el tiempo de aclimatación de una plantilla totalmente renovada salvo los casos del veteranísimo Pedro León, del peligroso jugador de banda Dani Vega y del contundente defensa Alberto. Muchas caras nuevas que parecen ya conocerse entre ellos para el bien del Real Murcia.
Empezando por la portería con las llegadas de Gianni (ex del Villarreal B) y Manu García (ex del Nástic). Zalaya, antiguo integrante del Barça B, está llevando muy bien su cambio de central a lateral izquierdo; y suele ser un fijo en la defensa junto a Rofino (ex del Valladolid B) y al antiguo cordobesista José Ruiz, quien ocupa la banda derecha.
Marcos Mauro, con pasado en la élite, también llegó procedente de la UD Ibiza para reforzar la zaga. También sabe lo que es jugar en Primera el lateral Baró, quien viene del Atlético Baleares. Imanol y Santos, procedentes del Mallorca B y Mirandés respectivamente, también aportan su granito de arena en la defensa murciana.
En el centro del campo, además de la omnipresente figura de Pedro León, destaca el fichaje de otra gloria futbolística: el experimentado pivote Tomás Pina, tras probar suerte en el fútbol asiático.
Más veteranía en otra cara nueva, el ex de Oviedo y Granada (jugando en Primera) Montoro. La medular fue reforzada con jugadores como Arturo (ex del Rácing), Carlos Rojas (ex del Almería B), Larrea (ex del Tenerife) e Isi Gómez (ex del Deportivo).
Y en el ataque, sin duda el fichaje estrella del Real Murcia fue Rodri Ríos tras su gran año goleador en el Ceuta. Llegó en momentos de esta temporada a perder la titularidad, pero el ariete está respondiendo con goles (4) para certificar su olfato. Carrillo, Guarrotxena y Navarro, procedentes del Huesca, Goa FC y Leganés, completan la zona de ataque pimentonera.
Munúa todavía tendrá muchas dudas para el duelo ante el Linares Deportivo en la Nueva Condomina. Gianni, Larrea, Montoro, Sergio Navarro y Guarrotxena siguen lesionados. Por su parte, Marcos Mauro parece haberse recuperado del todo y Tomás Pina puede volver a entrar en una convocatoria tras cumplir su sanción.
Ante los suyos tardaron ocho jornadas en sumar tres puntos. Todos saben que el camino hacia el éxito pasa por ser un duro anfitrión. Y esa es la senda que el Real Murcia quiere tomar para volver de nuevo al fútbol profesional.