Habitualmente, los deportistas que practican deportes minoritarios encuentran multitud de vicisitudes en su camino. Si hablamos de disciplinas como el foso olímpico, quizás para muchos sea algo totalmente desconocido o que nos recuerde levemente a los Juegos Olímpicos.

En Jaén, por suerte, contamos con un campeón de Andalucía cuya historia evidencia esas dificultades. A pesar de ello, Rafael Malagón (Sabariego, 29 de enero 1974) combate tales obstáculos con una pasión desmedida por su deporte.

«Este deporte lo sigue el que lo practica, es muy difícil que la gente que no le gusta el tiro lo siga», explica Rafa a El Deporte de Jaén en una entrevista en la que podemos conocer a un deportista que compite con rivales de primer nivel prácticamente sin entrenar y sin recursos, pero con un talento innato.

Si hacemos un símil con algún deporte de práctica individual como el tenis, el tenis de mesa, el tiro con arco, el atletismo o el bádminton, imagina por un momento que un deportista ganase un campeonato autonómico sin haber entrenado mínimamente. ¿Difícil, verdad? Pues Rafa Malagón ha logrado hacerlo.

Ahora le llega la oportunidad de estar en el Campeonato de España de Equipos de Foso Olímpico, compartiendo equipo con Fátima Gálvez, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

P.- ¿Cómo surge tu interés por empezar con la práctica del tiro?

R.- Tengo muchos amigos y familiares que lo practicaban. De verlos a ellos me fui aficionando un poquito más. Cuando ya he tenido un independencia económica empecé a practicarlo. Es tan caro que como no tengas alguien que te apoye es muy complicado. Empecé hace siete años, cuando compré mi primera escopeta de tiro al plato.

P.- ¿Cuándo empiezas a competir?

R.- Prácticamente desde que compré la escopeta. Practiqué un poco y, un mes después, fui a mi primera competición y la gané. Iba con unos veteranos del asunto y no sabía bien a qué iba sin experiencia previa. La fortuna del principiante quizás. Hice 50 de 50 y gané la tirada. Fue en San Sebastián de los Ballesteros, en Lucena. No me conocía nadie, nada más que a los dos compañeros con los que iba. Pensaban que me iba a poder la presión. Me encanta la adrenalina, si no hubiera competición quizás no tiraría. Soy una persona competitiva.

Foto: Solotiro.com

P.- ¿Con qué dificultades te encuentras a la hora de competir? 

R.- No tengo ninguna otra afición y me ahorro el dinero para poder sufragar los gastos de competición. Las competiciones de pueblos son económicamente las más rentables. Suelo ganar muy a menudo. Hace poco, gané en Antequera y Úbeda. Me repercute en unas ganancias que me permiten ir al campeonato nacional. Tengo que intentar tiraditas de los pueblos para tener dinero y entrenar lo mínimo posible. Un entrenamiento supone un gasto de 60-70 euros. Poder estar en un campeonato nacional se va a 400 euros. Me presento en competiciones sin entrenar, soy autodidacta.

P.- ¿Cómo ha sido tu evolución desde que comenzaste a competir?

R.- Empiezas en cuarta categoría y ahora ya estoy en primera. El ascenso depende de las puntuaciones que te exigen en tiradas oficiales. Tienes que hacer un nivel de platos que te exige la Federación. A medida que superas esos limites vas ascendiendo.

P.- ¿En qué modalidades sueles competir?

R.- Normalmente en Robot y Olímpico, pero no tienen nada que ver la una con la otra. Tienes que adaptarte a unas condiciones más difíciles. Los ángulos y velocidades son diferentes. He ido a tiradas de robot un sábado, la he ganado, y el domingo he ido a una de olímpico y la he ganado también. Alguien que practica el Olímpico, y está en la élite, no va a una tirada de Robot porque no se desvían de su objetivo. Sin entrenar ninguna de las modalidades consigo ganar en dos de las modalidades que practico.

P.- ¿Tienes algún apoyo de patrocinadores?

R.- Apoyo este año no he tenido ninguno. Te sientes un poco frustrado o decepcionado, parece que nadie más se alegra más que yo y mi familia. Nadie le da ninguna importancia. Actualmente en Jaén, no hay un campeón de Andalucía de foso olímpico. Tengo un buen amigo como Jesús Panadero, que me apoya continuamente a través de Amuña Seguros. Lo único que tengo es una subvención deportiva del Ayuntamiento de Alcaudete, al igual que cualquier otro deportista independientemente del nivel competitivo, ya lo haga a nivel provincial, regional o nacional. Una ayuda de 400 euros que no sé ni cuándo me la darán, quizás al acabar ya la temporada. La ayuda no da para más. La mayoría de los que están en el podio en las competiciones importantes son gente que vive de ello. En casos como el de Alberto Fernández o Fátima Gálvez les patrocinan, les dan las escopetas, tienen su sueldo, sus becas. Además, entrenan tres o cuatro días a la semana. Yo si entreno una vez a la semana ya es un éxito. Cuando voy a una tirada sé a lo que me enfrento. Aún así les he ganado muchas veces. Coincido pocas veces pero les he ganado muchas veces.

P.- ¿Cómo valoras tu reciente participación en tu primera competición a nivel nacional?

R.- Competí junto a tiradores de más veteranía y experiencia que yo. Algunos de ellos quedaron detrás de mí en la clasificación. Acabé en el top 10. Estuve muy cerca de pasar a la final. Por un plato de 125 no entré en la final, por uno. La Federación Andaluza había hecho unos equipos por ranking andaluz. Después de tirar de forma individual, se sumaban los puntos y con Andalucía quedamos terceros de España.

P.- ¿Cómo afrontas la nueva experiencia del Campeonato de España de Equipos de Foso Olímpico junto a figuras como Fátima Gálvez?

R.- Fátima tiene unas grandes cualidades. Empezó prácticamente desde que sabía andar y eso siempre ayuda. Es una grandísima tiradora. A este campeonato van los seis mejores de Andalucía, es un orgullo poder estar.

P.- ¿Cómo consigues competir de tú a tú ante rivales con más experiencia o capacidad para preparar las tiradas?

R.- Esta es una disciplina en la que el 90% es mental. El físico no es tan determinante y gracias a eso me puedo codear con los grandes tiradores de España. Si ellos no tienen su día, y yo estoy inspirado, puedo dar la sorpresa.