Alejandro Copete // @Ale_Copete
Hay veces en las que un partido de fútbol lo cambia todo. La pasada jornada, el Real Murcia llegaba más cerca de los puestos de descenso del Grupo II de la Primera RFEF que de la pelea por el Play-Off. Recibían precisamente en el Enrique Roca al Recreativo de Huelva, quien marca esa frontera.
Pues ganaron los pimentoneros. Por la mínima. Y a costa de perder por sanción a Danbi Vega, José Ruiz y Larrea para el viaje a Linares. Daba igual, era de esas veces que se necesitaba ganar como fuera ya que los murcianos encadenaban dos derrotas seguidas (una de ellas una dolorosa goleada).
Una victoria muy necesitada para el Real Murcia en un partido bronco que acabó con tanganas, al estilo de un Pablo Alfaro que desde la jornada 12 ocupa el banquillo grana tras la pérdida de confianza en el estilo de Gustavo Munúa. Con el técnico maño, el Real Murcia está empatado en cinco victorias, cinco empates y cinco derrotas.
Pero antes de enfrentarse al Linares Deportivo miran la tabla y ven que han conseguido acortar distancias con el Decano a solamente seis puntos. Difícil, pero es algo a lo que aferrarse para un conjunto cuya obsesión es regresar a la élite de nuestro fútbol, donde tienen una larga trayectoria, presencia e historia.
Y no está siendo fácil ese regreso, ya que la inestabilidad tanto en el césped como en los banquillos y en los despachos son el pan de cada día del Real Murcia. Un vaivén que ya este verano se hizo notar y que se ha repetido en el mercado invernal con hasta ocho bajas, entre ellas apuestas que han salido rana como la de Rodri Ríos.
Una mini revolución en el zoco de fichajes de invierno que trajeron hasta tierras murcianas al pivote Sabit (ex del Lugo) y al extremo Loren (ex del Antequera), futbolistas que ya están copando las alineaciones de Pablo Alfaro, sumando el último dos tantos desde su llegada.
Otros refuerzos fueron los de Enol Coto, procedente del Sporting de Gijón; y Juanmi Carrión, procedente del Sabadell, para reforzar las bandas defensivas. Martin Svidersky, quien empezó la temporada en el Almería B, también está apoyando a la medular murciana.
La apuesta para sumar más efectivos en el ataque fue el hispanomarroquí Amin, ex jugador del Ourense. Una delantera donde se ha erigido como pichichi el antiguo jugador del Huesca Carrillo con seis tantos en su haber y que notará la baja por expulsión de Dani Vega.
El jefe del centro del campo murciano es el veterano Pedro León, a la espera de que regrese de su lesión el también veterano Tomás Pina. Isi Gómez es otra pieza clave para el equipo pimentonero.
Mientras que en la defensa el central Alberto se está ganando ser parte del Real Murcia por muchos años más, compaginándose bien con jugadores como Marc Baró, José Ruiz y Rofino.
Ambos conjuntos que se enfrentarán en Linarejos apuran sus opciones, un tanto diferentes, ya se asoma por el horizonte el final de la liga regular en el Grupo II de la Primera RFEF. Los objetivos de los dos todavía están a mano, pero el tiempo se agota para todos.