Alejandro Copete // @Ale_Copete
El equipo soriano se encuentra donde siempre, donde viene siendo la tónica de estos últimos años. En la mitad de la tabla, sin sobresaltos ni emociones. Pero aún queda mucho para el final de todo, y el CD Numancia tiene que elegir: evitar mirar hacia abajo o seguir mirando hacia arriba. No hay órdenes claras ni desde la planta noble ni desde el cuerpo técnico, pero lo más lógico es que todo el mundo quiere llegar a lo más alto. Y en un año como este, donde nadie puede asegurarse nada hasta el último momento, las ilusiones tienden a florecer.
La filosofía de Juan Carlos Anquela cuando llegó al banquillo de Los Pajaritos fue la de ir humildemente partido a partido y evolucionar durante el transcurso de la temporada. Algo que se ve por ejemplo en los resultados del equipo soriano lejos de su feudo, su fortín de los campos de Soria, donde ha conseguido arañar muchos puntos que le han otorgado esa novena plaza, a 4 de la quema.
El canario Juanma se ha erigido como líder de la defensa y se ha convertido en uno de los futbolistas con mayor aprecio en la grada, además de contribuir a la faceta goleadora del club. Pero si hay un jugador clave en Numancia es el hispano-venezolano Julio Álvarez, quizás el jugador con más calidad y técnica de los sorianos; y todo un referente para jugadores, aficionados y directiva. Los goles los aportan Natalio y Sergi Enrich, dos veteranos de la división de plata.
En España, en el Siglo XIX, hubo una tendencia de la pintura realista a retratar aspectos de la Historia de nuestro país. Uno de los cuadros referentes de dicho estilo es el realizado por el manchego Alejo Vera titulado “El último día de Numancia”. Basado en los textos históricos donde contaban la resistencia febril de los numantinos frente a las tropas romanas de Publio Cornelio Escipión, la obra muestra la entrada de las tropas romanas tras meses y meses de sitio. Pero, para sorpresa de Roma, los numantinos están suicidándose tomando venenos y clavándose sus propias espadas. El mensaje estaba claro: antes muertos que esclavos, antes muertos que rendirnos, luchando hasta el último instante de nuestras vidas. Ese espíritu sigue vigente en los aficionados rojillos, y es lo que esperan de sus jugadores.