El duelo entre almerienses y jiennenses se saldó con un empate a 32. El encuentro respondió a las expectativas en cuanto a emoción, pero, desde luego, su desarrollo fue un tanto inusual.
Jaén Rugby pagó cara sus indisciplinas tanto al comienzo como al final del partido. De hecho, apenas logró mantener quince jugadores sobre el césped unos veinte minutos de los casi cien disputados.
Por su parte, el equipo almeriense, a pesar de jugar con esa ventaja, no consiguió convertir en victoria ni su superioridad numérica ni la que obtuvo en cada melé.
U.R. Almería vio pronto cómo se imponía en cada melé y martilleo la 22 jiennense desde el saque inicial. En 10 minutos consiguieron 10 puntos y la 1a exclusión de un jugador de la primera línea de Jaén Rugby.
Las amarillas, ay las amarillas, hasta 5 en todo el partido, pasarían factura a los jiennenses. El equipo verde oliva demostró, no obstante, una gran capacidad de reacción.
Un minuto antes de la media hora de juego, Luis Alberto Enrique interceptó un pase y recorrió la distancia que hay desde el centro del campo hasta la línea de ensayo rival sin que nadie pudiera placarlo. Un ensayo que, sumado a los 3 puntos de un golpe de castigo anterior, acercaban a los jiennenses en el marcador con un 10 – 8.
Con 15 jugadores sobre el campo, Jaén Rugby dominaba tanto en defensa como en ataque. Una fase, dos, tres, golpe sacado a touch; una fase, dos, tres, en veintidós contraria, hasta ocho fases y golpe frente a palos que Tato Camacho convierte en el 10 – 11.
Los locales ya sabían el camino. Volvieron a llevar el balón a la zona de peligro jiennense, aprovecharon las indisciplinas visitante, vieron cómo se quedaban con 13 jugadores y sumaron un nuevo ensayo con el tiempo cumplido gracias a una melé de ocho contra seis bajo palos.
Lo peor no era el 17 – 11 que reflejaba el marcador al descanso. Lo peor es que Ulises Raya había visto su segunda amarilla y, por tanto, la tarjeta roja que lo excluía del partido.
Los primeros minutos de la segunda parte fueron casi un calco de la primera. URA ponía ruedas a cada melé y volvieron a ensayar contra 13 jugadores. Una amarilla al apertura almeriense y otro error en un tiro a palos mantuvieron a los jiennenses en el partido.
Al cuarto de hora, Franco Scaldaferri leyó perfectamente la trayectoria de un pase rival, lo interceptó y ensayó bajo palos.
Y es que los jugadores de Jaén Rugby nunca le perdieron la cara al partido, movían el balón con criterio y avanzando metros con energía.
Y esa convicción les llevó a ponerse por delante en el marcador de nuevo con dos ensayos –uno de Gabriel López y otro de Santiago Mesropian- transformados por “Tato” Camacho.
Con 22-32 se llegó a los 10 últimos y eternos minutos. Minutos en los que los jiennenses se defendían atacando y jugando en campo contrario. Lo hicieron hasta el límite de sus fuerzas y del reglamento.
En el minuto 73 Mesropian vio su segunda amarilla y en el 76 el debutante Aaron Doyle, también fue excluido. Con tres jugadores menos, defender el marcador se antojaba una quimera. No fue así. No fue así por juego -esta vez defensivo- por capacidad de sacrificio y resistencia física.
Esta vez el dragón vendió cara su piel y regresó a su guarida para recuperarse de las heridas que, en forma de dos ensayos no transformados, le infligieron “los cruzados”. Un empate que no satisface a ninguno de los dos contendientes porque dos puntos son insuficientes y porque al rugby se juega a ganar.