El rugby le debía a Jaén Rugby Femenino despedirse con victoria en esta temporada tan aciaga. La garra y el pundonor para conseguirla es marca de la casa. El resultado del partido contra UR Almería (27-26) refleja la primera virtud, el camino para lograrlo, la segunda.
Fue un partido de alternativas que Jaén Rugby Femenino comenzó ganando con un ensayo de Laura Pliego a los siete minutos. La jugada parte de una touch ganada en campo propio y a base de fases y de provocar golpes de castigo, las jugadoras jiennenses llegaron a diez metros de la zona de marca. Un nuevo golpe sacado rápido por Camacho sobre Pliego facilitó su entrada en zona de marca con tres rivales enganchadas a su cuerpo. Pliego es todo potencia y la posición de centro se adapta a su juego como un guante de látex.
El 5-0 duró poco en el marcador. Las almerienses aprovecharon unas imprecisiones de sus rivales para explotar su mejor virtud, un rápido juego a la mano. Así llegaron sus tres primeros ensayos (5-19), el tercero con una espectacular carrera desde veintidós propia. UR Almería resistió todas las llegadas de las jiennenses a su veintidós con una defensa organizada. No obstante el empuje de Jaén Rugby Femenino las obligaba a reunir a muchas jugadoras en los rucks. Antes del descanso, las locales acortaron distancia con ensayo de Ana Daza y supieron guardar el balón hasta el pitido que enviaba a los equipos al vestuario (10-19).
El XV que Jaén Rugby Femenino pudo poner sobre el césped estaba formado principalmente por delanteras debido a las bajas, eso le concede cierta ventaja en los contactos, pero le resta velocidad. Si no conoce bien el rugby, es como si en baloncesto un equipo salta a la cancha con cinco pivots. En la reanudación, las almerienses consiguieron dar el primer golpe con un cuarto ensayo muy similar a los anteriores (10-26).
Pero ya ha quedado dicho. Las jugadoras de Jaén Rugby Femenino son garra y pundonor, nunca se rinden. En ese minuto 46 cerró la hemorragia y comenzó una remontada que levantó al público del hormigón. Su delantera acumulaba fases derribando el muro defensivo con las percusiones de Daza, Gloria Sierra, Inma García o las hermanas Ruiz. Fue Gloria la que culminó una sucesión de pick and go con un nuevo ensayo (15-26).
El partido entró en una fase de idas y vueltas. El equipo almeriense, debutante en la categoría, había estudiado bien a su rival y trataba de dificultar al máximo su manejo de balón, por ejemplo, presionando a la medio melé jiennense, Carolina Sánchez, que abandonó su puesto de pilar para dirigir, junto a Carmen Martínez, el juego jiennense. Sin embargo, a URA se le atragantó la defensa de Jaén Rugby Femenino. El cuarto ensayo de las verdeoliva llegó pasada la hora de juego. Las locales habían movido bien el balón hasta el banderín, pero la zaguero Irene Honrubia fue cazada casi sobre la línea. Aun así, ganaron el saque lateral y Daza posó el balón en la zona de marca (20-26).
El partido estaba abierto. Había nervios dentro y fuera del césped. Se jugaba en tierra de nadie. Las jugadoras de refresco ya estaban en el campo. Pero el marcador no se movía. O sí. El equipo jiennense asestó su golpe final en el minuto 70. Supo llevar en media docena de fases el balón desde su línea de diez metros hasta la zona se marca. Dos minutos de asaltos continuos a la muralla defensiva almeriense hasta que Ana Daza encontró la fisura, fue placada sobre la línea, pero Gloria Sierra recogió el balón y anotó cinco puntos más que trasladaba toda la presión a la pateadora. Carmen Martínez “Perri” no había transformado ninguno de los ensayos anteriores. Su equipo estaba sólo un punto abajo. Patada clave que ella pasó entre palos después de cumplir con su ritual (27-26). Igual que ella, sus compañeras conservaron su sangre fría para que el marcador ya no se moviera el resto del partido.
Victoria, cuatro puntos y alegría desbordada. Ese podría haber sido el titular. Pero la temporada ha sido muy dura por las lesiones, los partidos en inferioridad o sin recambios –gracias Irene, gracias Berta, gracias Ángela por vuestro apoyo-, en fin, que hubiera sido una despedida cruel de Las Lagunillas.