Francisco Trillo // @chescotrillo
Trasládate por un momento a tu infancia, al patio de tu colegio con tus amigos y recuerda aquel juego con el que tanto te divertías en aquella etapa de tu vida.
El juego es tan antiguo como la propia Humanidad, la principal actividad del ser humano durante su infancia.
En el juego las personas reproducen su realidad, muestran actitudes, promueven deseos, expresan sentimientos y emociones al mismo tiempo que cooperan y estrechan sentimientos de amistad y ayuda con otras personas.
El niño, a través del juego, expresa con total libertad sus impulsos, gustos, habilidades y nos muestra su personalidad.
La práctica del ejercicio físico a través del juego permite al niño liberarse del estrés al que puede verse afectado por la falta de tiempo libre (deberes, clases particulares ingles, apoyo, conservatorio…) que frecuentemente redundan en síntomas de hiperactividad o depresivos, permitiendo una liberación natural de las tensiones emocionales de manera inconsciente (alegría, rabia, temor, amor…).
Cada niño necesita tiempo y espacio para jugar, para dejar llevar su imaginación e interactuar con el medio. Jugando se aprende a vivir, se ponen en marcha conocimientos, emociones, sentimientos y relaciones interpersonales que lo hacen una experiencia única y que nos preparan para interactuar con el mundo en el futuro. Algunas de las características del juego son:
- Identificación del Yo: El juego es una actividad por y para uno mismo, un medio donde poder explorar las características de la persona. A través del aprendizaje permite al niño adaptarse mejor al mundo exterior.
- Placer: Se sueña, crea, construye, divierte, apasiona, es espontáneo y explorador. Jugar es un buen síntoma de salud física.
- Sin finalidad: El juego no tiene un objetivo ni meta específico, se práctica por iniciativa propia.
- Socializa: Permite al niño sentirse dentro de un grupo, relacionarse con otros niños, de diferentes edades y sexos. Se siente necesario y aprende valores como el respeto, generosidad y respeto a los demás.
- Reglas: Ayuda a interiorizar las normas y pautas del comportamiento social, respetando las reglas que ellos mismos se otorgan.
Para que el juego ejerza en el niño toda su influencia y poder de desarrollo es fundamental el papel que juegan en el los padres. La influencia de los padres con sus aspiraciones y/o frustraciones en el juego que realizan sus hijos determinará el impacto en la continuidad de su hijo con el juego.
En este sentido es importante considerar al niño como un elemento en construcción el cual está descubriéndose a sí mismo (pasiones, gustos, intereses…) evitando que el grado de competitividad (en función del juego y ejercicio físico) sea tan elevado que elimine el carácter espontáneo y libre que proporciona el juego.
Regresa ahora a aquel patio de colegio. Jugando, aprendiste valores como respeto, empatía, generosidad, compromiso, disciplina, esfuerzo, comunicación y lealtad. Por todos estos motivos, el juego es, una especie de laboratorio donde aprendemos y entrenamos habilidades para la vida.
Francisco Trillo Padilla
Psicólogo
Perfil profesional http://lnkd.in/fUHHis
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