Juan Toral // @juatorsan
Tras un comienzo dubitativo en el que al Real Jaén le costó adaptarse a la Liga Adelante, la mitad de una apretada tabla parecía el lugar en el que el equipo se había instaurado. Pero la mezcla de poca fortuna, bajón en el juego y aciertos de los rivales ha hecho que el Jaén se juegue la vida en forma de mantener la categoría en el fortín de la Victoria que ahora más que nunca remará en la dirección para no quedarse varado en la orilla.
Cuando a las 18:30h de este sábado el árbitro pite el inicio de esta final en forma de última jornada, quedarán 90 minutos para que afición, jugadores, empleados y familiares se aferren a la estabilidad emocional y económica que parece asegurar otro año en la División de plata.
Cuesta verse en el abismo cuando hace unas semanas te veías salvado. Cuesta sentir el vértigo de perderlo todo en el momento final, de ver la línea de meta pero no tener fuerzas para cruzarla con los brazos en alto. No es una simple cuestión de fortaleza física, sino de temblores y emociones que flaquean como un flan y hacen que los pases no sean tan precisos, que la cabeza te haga reaccionar una milésima después que tu rival. Este sábado hay que hacer honor a nuestro estadio y conseguir una victoria a la espera de que otros resultados.
Pero, ¿es posible superar la adversidad que supone el stop que bloquea la mente del futbolista? ¿Existen herramientas para vencer los miedos, para disfrutar en el terreno de juego que será el campo de batalla del que tan sólo uno podrá salir victorioso?
A continuación indico algunas claves deportivas que pueden ser claves para que este sábado la plaza de las batallas se inunde de alegría. ¡Sí se puede!
La fortaleza mental es uno de los ejes sobre los que gira la vida de un deportista, y es que el cuerpo hace lo que la mente le dice. Dicha fortaleza se compone a su vez de una serie de factores que los jugadores de Manolo Herrero tendrán que potenciar:
Autoestima: tener una buena autoestima hará que la derrota no atente directamente contra el ego que llevaría asociada frustración, rabia, enojo e incluso puede desembocar en el síndrome burnout, que puede hacer bloquear y saturar al deportista. Las personas con una adecuada autoestima reconocen su valía, pero también sus defectos con los que convive con sus virtudes que le harán intentar superarlos.
El deportista debe tener la capacidad de separar su vida personal, de la deportiva. Muchos deportistas ante una derrota sienten que no valen nada en ningún aspecto de su vida, lo que les hace sentir demasiada presión por ellos y sus seres queridos, con sentimientos nocivos como el de decepcionar a los demás. Un deportista con una adecuada autoestima sabrá equilibrar las cosas y verlas desde su justa medida, sin engrandecer las victorias y derrotas. Poniendo las cosas en el lugar adecuado, esto significa que su valía como persona no se ve afectada por resultados deportivos, estos se pueden dar o no dar, pero si uno da todo lo que tiene y hace lo que debe no hay nada que tenga que reprocharse.
Autoconfianza: La confianza en uno mismo es vital para cualquier deportista; un futbolista sin confianza, no podrá rendir a su verdadero potencial, ya que siempre encontrará un freno que limite todo lo que tiene. Los jugadores del Jaén podrían recurrir a los rituales o cábalas, que son la creencia de que una acción incrementa el rendimiento del atleta. Es el ejemplo típico de los botes y el calzoncillo de Rafa Nadal; uno cree que algo funciona y esa misma creencia hace que funcione.
No sólo hay que tener confianza, sino que tiene que ser capaz de mantenerla o recuperarla a pesar de lo mal que le esté yendo en el partido o lo complicado de una situación adversa como la de jugarse el descenso en el último partido. Tendrán que creer en ellos mismos y en sus posibilidades sin importar lo complicado de las circunstancias.
La figura de Manolo Herrero es de vital importancia. Es la persona en la cual el deportista más confía y en quien más cree, por lo que su discurso cobrará vital importancia. No sólo se habla a través de la palabra, sino que los gestos y actitudes también hablarán por él.
Tolerancia a la frustración: el deportista tiene que fomentar su autonomía de acciones, lo que le hará tener menos tolerancia a la frustración y eso se verá, definitivamente, reflejado en su fútbol.
Perseverancia: es importante tener esta actitud en el deporte competitivo para soportar duros e intensos partidos, y los sinsabores de la vida competitiva en el deporte. También hay que ser perseverante ante las derrotas con las que el futbolista tiene que lidiar para llegar a la cima, la incertidumbre de si podrá lograr sus objetivos, etc. Una alta capacidad de perseverancia es fundamental para luchar por la victoria hasta el último momento, no dar nada por perdido, nada está dicho hasta que el árbitro pita el final y acabe el partido, a pesar del cansancio, fatiga, dolor o cualquier circunstancia que esté en contra de ellos (árbitros, clima, nervios, cansancio,…)
Diversión: pese a todo lo que se están jugando, una de las raíces del deporte es la diversión. Muchas veces el futbolista se olvida de algo tan básico como esto, víctimas de la competitividad tan alta, que ya ni saben por qué lo hacen, sino simplemente lo hacen. Un deportista de éxito no lo olvida, e incluso llega a disfrutar más que nunca con este tipo de situaciones, que les hacen sacar lo mejor de si y mejorar.
La victoria es la consecuencia de disfrutar lo que se hace, es decir, un deportista gana porque se divierte y no como creen algunos, se divierte porque gana.
Manejar las emociones: el futbolista no debe permitir que las emociones negativas como la frustración o la rabia se apoderen de él, porque, eso, lo único que ocasionará es sacar al deportista de la competencia, consumir sus energías y desenfocarlo o desconcentrarlo de la labor que tiene que realizar. Dejarse llevar por las emociones mermará la concentración. Es importante controlar los nervios en los momentos críticos y no permitir que aparezcan las emociones negativas, manejarlas, retirarlas y mas bien, se debe buscar y promover las emociones positivas.
Manejar los pensamientos: la mente nos está hablando continuamente. El deportista debe educar su mente para que lo alimente de los pensamientos adecuados. El atleta necesita pensamientos positivos y no negativos. El cuerpo hace lo que le mente dice, si la mente dice «no puedes hacerlo», el deportista no lo va a hacer, porque su mente le dice a su cuerpo que no es posible lograrlo, pero si la mente dice: «tú puedes hacerlo», se incrementará el rendimiento, alcanzando muchas veces mayor importancia y relevancia que el aspecto técnico. El deportista juega como piensa, eso es lo que permitirá rendimientos picos. El atleta que piense mal definitivamente no obtendrá los resultados deseados, en cambio al pensar bien podrá rendir de una manera mucho mejor.
El sábado a las 20:15h tendremos las respuestas a las dudas que acechan sobre la afición jiennense. Pase lo que pase, felicitar a los jugadores y cuerpo técnico por dar la cara en esta temporada en la que competimos contra molinos de viento.
¡Vamos Jaén!