Alejandro Copete // @Ale_Copete
Las cosas que te depara la vida y el calendario. Llegamos a la última jornada de una apasionante temporada y dos equipos que el año pasado lucharon entre ellos por abandonar la Segunda B luchan ahora por no volver. Y lo peor de todo es que no dependen solo de ellos mismos. El eterno retorno. El ciclo sin fin. El Ouroboros que se devora a si mismo para toda la eternidad. Y la desesperación de ver todo un año resumido en 90 minutos de infarto, y en otros 90 minutos en la lejanía. Como decía el viejo poema árabe, ni el tiempo ni el espacio son capaces de abarcar tanta angustia en este caso (en el poema era el amor lo que no se podía abarcar, excepto en el corazón del enamorado).
3 entrenadoras ha tenido el club vitoriano para llegar a la situación actual. Con González y Mandía cesados, el turno fue para el local Alberto López. Para desgracia de la parroquia jiennense, el club blanquiazul llega henchido de moral tras vencer al Numancia en casa. Para este partido no existen los pactos, no hay oportunidad para la paz. Será dos cargas de brigada ligera una enfrente de la otra y con el deseo de que la Fortuna sonría a los audaces y los resultados ajenos acompañen. Ambos entrenadores lo saben y seria ilógico intentar sorprender de alguna manera. A tumba abierta serán las órdenes.
Al club vasco le vino muy bien el mercado invernal y la política de cesiones. Por ejemplo, 3 jugadores que están asentados en el once llegaron de esa manera: los defensas Raúl García y Samuel Llorca; y el centrocampista Tejera. Todos ellos de equipos que están en la máxima categoría del fútbol español. Por otro lado, Viguera cogió carrerrilla y tiene cierta ventaja para ser el Pichichi de la categoría con sus 25 goles. Esas son las bazas alavesas para este transcendental partido, junto a la fortaleza mental y el orden defensivo que han mostrado en sus últimos partidos.
Y llegó el día. Llegó la última, de momento, de mis previas. Eso significa que una temporada ha llegado a su final, y de momento, solo está decidido 2 ascensos y un descenso. Para algunos aún habrán más partidos, pero estos serán por lo menos ilusionantes. Por otro lado, hay varios equipos que se juegan la vida a última hora. Habrá tristes y habrá alegrías, pero debemos quedarnos con el año que ha pasado y las experiencias vividas. Si se consigue, nos abrazaremos. Si no se consigue, también. Porque no es el Fin de una Historia, puede ser el inicio de otra. Desde aquí quiero decir: gracias y suerte, Jaén.