Alejandro Copete // @Ale_Copete
Este año, el equipo catalán, pese a tener 63 años de existencia, están en la edad de la temeridad. En la edad de aquellos que no tienen nada que perder, en la edad de la insolencia hacia los demás. Porque hasta este momento, solamente conocen lo bueno del fútbol y parece que no les da miedo nada. Esto se debe a que el U.E Cornellá afronta un doble debut: Segunda División B y Copa del Rey. Como para no estar ilusionados tanto jugadores como afición, ya que tras 18 años entre Tercera División y Primera Catalana, llegar a esto es casi ya como tocar el cielo para los catalanes. De ahí su juego ofensivo y de tener dominio del balón, quieren demostrar al resto del fútbol español que si han llegado tan lejos, no van a conformarse.
No lo tendrán fácil, ya que el grupo III de la división de bronce es una liga muy dura y exigente, tanto o incluso más que el resto de grupos. Aquí cada cuál tiene sus gallitos y tiene sus cenicientas, no se escapa nadie. Pero la Copa del Rey es una válvula de escape que permite soñar. De vez en cuando, aparece un Mirandés que nos alegra la vida, pero la gran mayoría de equipos de la Segunda B se conforman con luchar por la cuarta ronda, que significa un equipo de primera que juega competición europea. Los más grandes. Oportunidades únicas que se disfrutan como niños.
Pero el peligro de la Copa es olvidar poner los pies en el suelo. La duda de a quién poner, si merece la pena intentarlo a costa de sacrificios en plantillas muy cortas. A estas alturas de liga no creemos que el técnico Jordi Roger no apueste por sus mejores jugadores. Entre ellos el delantero Óscar Muñoz, el extremo izquierda Boniquet y el pivote Sergio Gómez. Un equipo, el UE Cornellá, que presume de su cantera y de jugadores que han pasado por ella en categorías inferiores: Jordi Alba, Ignasi Miquel, Víctor Ruíz… jugadores de cadetes y alevines que los aficionados de toda la vida recuerdan que antes de los grandes focos, jugaron en la mítica Vía Férrea.
El equipo verde quiere dar un alegrón a su afición. De momento no han ganado en estas dos jornadas de liga, al igual que el Real Jaén. Son dos objetivos muy diferentes los que tiene cada uno, pero esas diferencias no son nada en una eliminatoria a partido único. El Torneo del KO va a comenzar. Mientras otros esperan muy cómodos en sus sillones, muchos pelean hasta su último aliento por un premio que aunque sea beneficioso económicamente, no parece que compense tanto esfuerzo. Porque la Copa del Rey nos demuestra que en esta Liga también hay clases. Sólo queda batirnos para intentar ser mejores.