Virgilio Moreno // @virgiliomoreno
Cualquier jiennense, ya sea de nacimiento o de adopción, vive naturalmente hastiado de todo lo que tiene que ver con el deporte de élite en nuestra provincia. Falta de instalaciones, falta de financiación, falta de apoyo empresarial… Todo aquel que lleva un tiempo luchando tiene que acabar algún día dándose por vencido y agachando la cabeza. Todos menos unos cuantos.
Ayer en La Salobreja se enfrentaban jugando al fútbol sala las dos antítesis de esta España que hoy se resquebraja en sus cimientos con importantes grietas, la del paro y la del casi pleno empleo: Jaén versus Barcelona. Pero al menos ayer no pareció haber tanta diferencia. El deporte, y sobre todo los 20 miembros de esta plantilla junto a su junta directiva, conocida ya como el olivo mecánico, igualaron fuerzas en un parquet y compitieron contra uno de los mejores equipos del mundo.
Jaén Fútbol Sala convirtió su cancha por momentos en un mitin de Podemos, lo digo por lo del «Sí se puede», que tan famoso ha convertido a Pablo Iglesias, y que hasta llegaron a corear en el palco el socialista Francisco Reyes y el popular Higinio Vilches. De no ser por la mala suerte, siempre tan ocurrente en este tipo de encuentros, y por el portero Paco Sedano, que debió haber comido bastantes de esos que una madre tanto recomendaba de pequeño, la fiesta podía haber sido que ni la nochevieja.
Por dos horas, más las previas de ilusión y el post-partido de satisfacción, Jaén olvido el paro, la mala cosecha de aceituna, la corrupción, o el mal estado de sus infraestructuras viales y entre todos los que nos dimos cita en La Salobreja disfrutamos porque la provincia, y sobre todo los que vivimos en ella nos lo merecíamos.