Alejandro Copete // @Ale_Copete
Es raro ver en estas categorías a un filial de un equipo como la UD Almería. Que nadie se tome esto como un desprecio o como un insulto hacia el equipo de la ciudad bañada por el Mediterráneo, pero acostumbrados a ver a filiales de equipos grandes que generan jugadores no sólo para su primer equipo sino para el resto del país y del mundo; la llegada de un extraño siempre es un poco desconcertante. Y más cuando están haciendo las cosas tan bien.
El filial almeriense cumple su quinta campaña consecutiva en la Segunda B con buenos registros, donde incluso llegó a estar a punto de entrar en play-offs para ascender a la división de Plata. Con la construcción de la Ciudad Deportiva de la entidad rojiblanca, la consigna lanzada desde la directiva por Alfonso García Gabarrón es que el futuro del club pasa por ellos mismos. Un futuro que es presente con los ejemplos del míster Francisco (ex-jugador y ex-entrenador del filial) en el primer equipo y con miembros de la plantilla como Zongo, Azeez o Trujillo. Pero quienes nos importa es el equipo B. Un equipo que ostenta una racha de 6 partidos sin perder seguidos y donde solamente han encajado un gol.
Solidez atrás acompañada de un juego eléctrico y de velocidad que permite de momento a la parroquia almeriense disfrutar y soñar con volver a pelear por subir de categoría. Una política de fichajes basadas en confiar en los juveniles y en jugadores de otros filiales como el jiennense Iván Sánchez o el lateral Adri Castellano conforman un equipo que como local se muestra sobrio y difícil de batir. A los mandos Miguel Rivera, todo un clásico de la Segunda B que tiene entre sus filas al delantero Dani Romera, debutante más joven de toda la historia de la UD Almería en Primera y que lleva demostrando su buen olfato de gol. Otros jugadores importantes son Antonio Marín, fijo con la sub-19 y el ex-del Granada Antonio Puertas.
Mientras el Almería no está teniendo un buen inicio de liga, el “mini Almería” quiere encaramarse a los puestos altos y ser el ojito derecho de la afición. Matar al padre, según la teoría Freudiana, para sustituirle en la sociedad. Para que en la élite, en las colecciones de cromos, guías de periódicos, etc; en el Historial de cada jugador que haya llamado la atención de algún secretario técnico o entrenador del “grande” este presente siempre un nombre: UD Almería B.