José Fernández // @JFolmo86
Cuando se habla de padel en el panorama provincial hay un nombre que conlleva el adjetivo difícil como compañero constante. Esa palabra es Alcaudete, un municipio en el que desde hace varios años se trabaja a gran nivel todo lo relacionado con el padel. Vicky Porras (nº 7) y Ana Peláez (nº 12) pertenecen al Club Padel Alcaudete, una entidad en la que militan algunos de los mejores palistas de toda la provincia tanto en categoría masculina como femenina.
Las alcaudetenses afirman estar deseosas de iniciar su andadura en el Máster. «Es la recompensa al trabajo de todo el año», declara Vicky Porras, mientras que Ana Peláez asume con ilusión haber alcanzado uno de sus objetivos del año. La complejidad del torneo, en la que cualquier pareja puede amargarles el día es una de sus preocupaciones. «Todos los partidos son difíciles y hay que jugarlos por lo que cualquier encuentro puede complicarse. Es importante entrar a la pista con ánimo y pelear por ganar sin pensar en si puedes vencer o perder», afirman con rotundidad. Rehuyen de la necesidad de marcarse un objetivo a cumplir pero ambas coinciden a la hora de determinar que pasar a semifinales sería un buen resultado.
Vicky y Ana piensan que el Máster se desarrollará según el guión previsto aunque debido al dinamismo de este deporte manifiestan que no les llamaría la atención que se diese alguna sorpresa. Analizando el 2014 tienen un buen recuerdo del presente año del que guardarán las «muchas experiencias bonitas que nos permite vivir este deporte y siempre con personas estupendas». En el caso de Ana, afirma que compatiblizar sus estudios con la práctica del padel no le ha permitido disputar tantas pruebas como hubiese querido. Para Vicky ha habido buenos y malos momentos a lo largo de toda la temporada y afirma que «todos los partidos te enseñan algo. En ocasiones he tenido victorias en las que no he tenido buenas sensaciones y también derrotas en las que me he ido contenta con lo demostrado en la pista». Por su parte, Ana asegura que «hay partidos buenos y otros no tanto, pero de todo se aprende».
Las manías no van con esta pareja, que confía en dar lo mejor de sí mismas sin olvidar la importancia de iniciar cada partido con la cabeza fría y siendo respetuosas entre sí mismas y con sus rivales.