Alejandro Copete // @Ale_Copete
El conjunto gaditano está donde todos le esperaban. Segundo a tiro de piedra del líder del grupo, puede respirar un poco tras un atribulado inicio de campaña donde ha habido hasta un cambio de entrenador, Barragán por Calderón. 5 años seguidos en la categoría, 5 proyectos diferentes sin éxito le han marcado su carácter y un deseo se impone ante todo: huir, escapar, liberarse y renacer. Obsesión por el ascenso.
Una victoria frente al Jaén dejaría a este último a 9 puntos del equipo amarillo. Todo un mundo, un puente que daría tranquilidad al ver que se alejarían de momento los fantasmas de otro año más en el pozo. Todo ello en un escenario tan mítico como es el Ramón de Carranza en unas fechas en las que la Tacita de Plata está engalanada para su gran fiesta. Los aficionados cadistas disfrutan en las tablas y en el césped, ya que la buena situación actual y el cambio de juego que ha traído el que fuera delantero deportivista. La ilusión ha vuelto a las gradas amarillas. ¿Se quedará o volverá a perderse?
El peligro cadista lo forma lo que podría llamarse, adaptando libremente el concepto, la quinta columna jiennense: Servando, Juanma Espinosa, Fran Machado y el hondureño Jona que esta vez, salvo lesión o sorpresa de última hora, si se enfrentara a su equipo. Todos ellos con muchos minutos disputados, fijos en el once inicial, cumpliendo con la idea inicial de tener jugadores que formaban la columna vertebral de un equipo en la Segunda División para superar con facilidades la categoría de bronce. El delantero centroamericano lleva 11 goles, pichichi del grupo y del Cádiz, equipo más goleador de todos. Será un trabajo duro para las defensas. Destacar también a Josete, líder de las murallas amarillas y capitán del equipo.
Lo que prometía ser al inicio de la temporada como el auténtico duelo de gallitos de la categoría se ha convertido, gracias a las sorpresas que te da el fútbol, en un partido donde ambos gallos han perdido muchas plumas y tienen muchas heridas obtenidas en el camino, uno más que el otro. Berges ha llegado como llegó Barragán a la antigua Gades: a hacer un borrón y una cuenta nueva donde los números salgan positivos hasta conseguir los objetivos deseados. Mientras, en la Tacita, los comparsistas preparan sus voces para emocionar, las chirigotas y cuartetos quieren hacer reír, los coros quieren extasiar al público; y los futbolistas del Cádiz CF quieren liberarse de las cadenas de bronce.