Alejandro Copete // @Ale_Copete
Paradojas en la capital nazarí. La ciudad que fuera el último reino árabe en la península vive con la ilusión al revés. Mientras que el primer equipo pelea por salvarse de la quema y hay mucho pesimismo en torno a Los Cármenes, ven como el pequeño, el hijo, el filial; mantiene en los puestos altos del grupo IV y se muestra como un rival a tener en cuenta por el resto de conjuntos. Sin ir más lejos, el Real Jaén afronta este partido como una final. No definitiva, pero casi.
Marcando los puestos de ascenso, el Granada B juega con ilusión y ganas cada partido, aun a sabiendas que no son dueños de su propio destino, sino que eso pertenece a los Dioses, a los que están por encima del resto de los mortales. Un descenso del Granada CF mandaría al traste todo el trabajo realizado en un año y en los anteriores, ya que los rojiblancos han demostrado una gran proyección en poco tiempo. Sin embargo, el filial puede salir reforzado de esta situación crítica del primer equipo, ya que tras el mercado de invierno han llegado nuevas caras al primer equipo que vienen a reparar las carencias que eran parcheadas con hombres de la casa. De esta manera, jugadores importantes bajan al filial de manera momentánea.
Hombres que han demostrado ya que la Segunda B se les queda pequeña, como el nigeriano Isaac Sucess (con polémica por parte de Joseba Aguado, entrenador del filial; a quién no le ha gustado el cambio de rol de un jugador que ya se ha lucido en la máxima categoría y teme por su ánimo) o el portero Dimitrievski. La delantera es la facción más temible de los pequeños cachorros granadinos, siendo uno de los equipos que más puerta ven y con jugadores como Wilson Cuero, el anteriormente citado Isaac o Bravo. Además, se ha reforzado con Denilson Pereira, más dinamita para un equipo que Aguado ha sabido como hacer un juego vistoso a través de la potencia y la técnica de un centro del campo poderoso con Uche y Boateng.
Dos jornadas sin conocer la victoria no crean mucho miedo en un equipo que ya se ha olvidado lo que es temer por la categoría y que sueña, si le dejan, con abandonarla. Ser una opción más en la red italiana de los Pozzo puede ser un buen estímulo económico para una entidad, la de la capital nazarí, que ahora mismo batalla por seguir entre los mejores un año más. Y si no lo consigue, por lo menos sabe que su supervivencia puede estar asegurada gracias a los cachorros. Herencia de genes para una ciudad cuyo ADN se remonta muy atrás en el tiempo y que forma parte de una Andalucía universal.