El Real Sporting de Gijón se encuentra en una difícil coyuntura: suma más temporadas en la Segunda División que en Primera. Algo impensable para un equipo y afición que se consideran entre los clásicos del fútbol español. Por eso, casi por decreto, el objetivo es siempre el ascenso. Y de nuevo se ha vuelto a confiar en José Ramón Sandoval que llegó la pasada temporada en la octava jornada, por lo que ya ha cumplido un año en el Molinón.
La escuela de fútbol de Mareo, que ha dado a grandísimos jugadores, no es tan solo una mina de oro para los entrenadores que ocupan los banquillos sportinguistas. Es más bien una obligación, una norma, una ley que hay que acatar si quieres seguir estando en el puesto. El técnico madrileño ha conformado una plantilla en la que mezcla esos genes del fútbol gijonés (tanto jóvenes valores como Alex Barrera como viejos lobos de mar como Lora y Canella) con jugadores experimentados como Casquero y López Garai.
Afronta el Sporting una baja importante frente al Real Jaén debido a la llamada de Marko Scepovic a jugar con la selección de Serbia. Aparte del delantero, solo han marcado tres jugadores más de toda la plantilla. ¿Podríamos hablar de Scepovic-dependencia? De todas maneras, el problema será siendo el juego interior con Isma López y Hugo Fraile, jugadores que pueden compaginar esa faceta con la de caer a banda; y el recorrido de los laterales. Y en el banquillo, Carlos Carmona, que este año de momento Sandoval le ha puesto la vitola de “Jugador Número 12”.
Actualmente colocado en el segundo puesto de la tabla, el Sporting está llamado a ser de los “gallitos” de la categoría de plata. Su afición e Historia así se lo obligan. Las gradas de El Molinón deben aguantar esa presión extra que podrían hacer derrumbar a cualquiera.