Alejandro Copete // @Ale_Copete
Amanece. Aunque es temprano, ya se nota las altas temperaturas que nos asolan. Un hombre mayor, que seguramente lleva toda la vida trabajando en el mismo lugar, acerca una llave para abrir un candado. Una puerta, similar a la de un garaje de coches, se abre para dejar ver lo que escondía: campos de fútbol de un color verde reluciente donde dan ganas de tumbarse como si fuera una piscina. El mismo hombre atraviesa esas praderas al mismo tiempo que conecta unos aspersores. El césped mojado recuerda al rocío de la mañana. Llega hasta un edificio y empieza a abrir, con paciencia de bibliotecario, una puerta tras otra. Observa la última, un vestuario, y mira hacia su interior. Esta vacía pero pronto habrá ruido, habrá olor fuerte a spray para golpes, habrá ropa tirada por el suelo que tendrá que recoger. Habrá bromas, llantos y lágrimas, órdenes, enfados y alegrías. Habrá fútbol. Todo comienza de nuevo.
La Segunda División B vuelve a la vida como un animal que ha estado hibernando. El 22 de agosto está marcado en rojo para todos los equipos que ya saben que rivales tendrán en sus propios grupos sin olvidar a los que les puede tocar dado el caso. La gloria está reservada para los 4 mejores de 80 equipos, una estadística que desanimaría a cualquiera. La regularidad no vale por sí sola, tienes que saber también jugártela a vida o muerte. Todos se encuentran reforzándo sus filas con nuevos guerreros dispuestos a todo mientras que en las altas esferas las polémicas por la composición de los grupos parece haberse apaciguado. Y el nuestro, el eterno grupo IV, tiene un aroma clásico debido a los que han llegado tanto por arriba como por abajo y por aquellos que se han quedado.
Andalucía es de nuevo soberana con 12 representantes. La llegada del Decano de todos los clubes bajo el amparo de unos nuevos dueños hispano-mejicanos aumentará la competitividad que ya existía el año anterior. Tras muchos años ausente del bronce, el Recreativo de Huelva será una incógnita pero hace que el caché del grupo suba. Un caché ya bastante alto debido a que el Cádiz fracasó en su intento de subir. Mostró un mal juego durante los Play-Offs, perdieron una oportunidad única contra el Real Oviedo, sufrieron contra el Hércules y finalmente claudicó contra los “katxorros”. Les espera otro año de exigencia a jugadores, técnicos y directivos. No hay medias tintas con el equipo amarillo: subir, subir o subir. Recreativo de Huelva, Cádiz CF y Real Jaén suenan muy bien.
Tras el descenso del Córdoba B (provincia que se queda sin representantes en la Segunda B) son cuatro los filiales que acompañaran al resto. El Almería B tras su aventura en los PO, que de todas maneras no iba a tener nunca un final feliz debido al descenso del primer equipo, tendrá la motivación de que el escalón se ha reducido en un peldaño y que puede ayudar más. Por otro lado el Granada B sigue con el proyecto mundial de los Pozzo de ser criadero de jugadores de todo tipo y nacionalidad que en su mayoría son de ida y vuelta. Y los hispalenses reeditarán el llamado “derbi chico” con diferentes objetivos en la distancia: los béticos confirmar las buenas sensaciones del año pasado y los sevillistas no sufrir hasta última hora. En unos equipos que suelen tirar mucho de la cantera, lo que desean es jugar el “derbi grande”.
El proyecto ruso del Marbella sigue adelante sin saber todavía si el objetivo sigue siendo el ascenso a la Segunda División en un corto plazo. El San Roque de Lepe incorpora al ex-futbolista Juanito en su primera andadura como entrenador a primer nivel con la dificultad de tener que renovar casi por completo la plantilla aurinegra. Mientras, la provincia de Cádiz se llena de más fútbol, porque aparte de una Balompédica Linense que seguramente busque llegar de nuevo a pelear por el ascenso, se le suma el recién ascendido Algeciras CF.
Y hablando de recien ascendidos, no podemos olvidar que el Real Jaén no estará solo en esta temporada. El refundado equipo Linares Deportivo vuelve al bronce y aportará sabor al grupo con el partido de máxima rivalidad contra el equipo lagarto. Un poco de pimienta al plato no viene mal. Y como siempre en la Segunda B, el casi eterno Melilla, el bravo guerrero que viene de otro continente. ¿Llegaremos a verlo abandonar la categoría alguna vez?
Abandonamos nuestra tierra para acercarnos a la Región de Murcia que este año se repuebla gracias a dos hechos importantes: el ascenso del Jumilla y el retorno del Murcia, otro clásico del fútbol de plata y bronce español, tras su exilio del año pasado lejos de sus paisanos. Debido a que llegaron a competir por subir a Segunda es un candidato a todo. Como los universitarios del UCAM Murcia, sorpresa del año pasado y que quieren reafirmarse. También sigue el “brócoli mecánico”, La Hoya Lorca.Completa la Comunidad Autónoma un Cartagena con problemas económicos y sociales que se salvó gracias a las eliminatorias por evitar el descenso.
Y para terminar, un viaje a Extremadura donde no han quedado contentos ya que el Cacereño abandona el Grupo IV y eso puede remitir en taquillas en los partidos regionales. El Villanovense ansiará repetir ese cuarto puesto que supo a gloria y otro recién ascendido, también refundado, que recuerda a viejos tiempos futbolísticos. La ciudad de Mérida vuelve a tener un equipo en cotas mayores heredero de aquel que llegó a jugar en Primera con Biagini, Navarro Montoya y Gabi Correo. Del pasado no se puede vivir, pero Mérida bebe de Historia.
20 equipos de un total de 80 para pelear por ver quienes son los más duros. Una pelea que comenzará el fin de semana del 22 y 23 de agosto y que se desarrollará en el tiempo junto a la Copa del Rey y la Copa Federación. El fútbol más humilde y, ojalá que lo sea, más cercano al público y al espiritu primigenio de este deporte vuelve de nuevo a latir en cada corazón, en cada cuello rodeado de una bufanda, en cada pie que se calza una bota y en cada mano que sujeta una bandera. Y por supuesto, en todas las cabezas de todos los aficionados que ya empiezan a soñar con seguir escalando en esta pasarela hacia el cielo.