Juan Toral // @juatorsan
Hay personas para las que el sudor suele ser seña de identidad. Gente que al entrar a un sitio rompe a sudar, hombres que han patentado el estilo Camacho y tienen la axila de su camiseta o camisa marcada por un halo, corredores que nada más iniciar el trote ya están envueltos en sudor… ¿Eres tú una de esas personas?
A través de esta sencilla entrada intentaré explicar porque hay personas que sudan más que otras.
Antes de estigmatizar la sudoración, hay que hablar sobre el porque de su existencia, ya que todo en el organismo tiene su explicación. A través de la sudoración nuestro cuerpo realiza la regulación térmica y también a través de ella se liberan las feromonas que tienen su importancia en la atracción sexual que si nos remontamos a nuestros orígenes tenía gran importancia en la reproducción de la especie humana. A través del sudor, nuestro organismo se enfría a medida que se evapora, actuando como un termorregulador y ayuda también en la excreción de los productos de desecho del cuerpo y protege nuestra piel de riesgos ambientales como bacterias y productos químicos.
Ahora bien, existen ciertas personas donde los mecanismos normales de control se descompensan y su organismo entra en un estado conocido como hiperhidrosis (excesiva sudoración) que suele tener predisposición a ciertas zonas corporales entre las que hay que destacar las axilas, pecho, ingles, ombligo y región auditiva.
Este exceso de sudoración puede ocasionar dificultades en la vida diaria de las personas que lo sufren ya que se puede ver afectado el trabajo (personas que trabajen con las manos), las relaciones sociales, el ánimo personal e incluso la predisposición a ciertas enfermedades como ciertas dermatitis.
La hiperhidrosis es un trastorno frecuente aunque no se conoce de manera exacta su causa. Afecta a ambos sexos aunque la mujer tiene mayor predisposición a consultar. En verano los síntomas de esta patología se agravan por el aumento de las temperaturas y la mayor necesidad del organismo de autorregularse a través del sudor.
Pero, ¿cuándo el sudor normal se convierte en hiperhidrosis? La señal más infalible sería cuando todo esto se convierte en incómodo e inmanejable para la persona. El sudar mucho (hiperhidrosis) no tiene porque ir de la mano con el mal olor (bromhidrosis). En el primer caso, lo que se alteran son las glándulas sudoríparas activas y en el mal olor, las que se afectan son las glándulas sudoríparas apocrinas.
Las personas cuando nacemos tenemos en torno a 2-5 millones de glándulas sudoríparas que suelen activarse en la pubertad. El grado de sudoración dependerá de la cantidad de estas glándulas activas.
Llegados a este punto intentaremos abordar los posibles factores que determinan el grado de sudoración de las personas:
- Género: los hombres tienen menor cantidad de glándulas del sudor que las mujeres, pero paradójicamente son más activas, por lo que el género masculino tiende a sudar más en condiciones similares.
- Peso: el sobrepeso suele predisponer a un exceso de sudoración ya que la grasa actúa como un aislante natural que aumenta la temperatura corporal, obligando a los mecanismos auto reguladores internos a aumentar la sudoración para equilibrar la temperatura interna.
- Estado físico: las personas que tienen mejor condición física empiezan a sudar a una temperatura menor a la usual ya que el cuerpo de estas personas es más eficiente y anticipa el aumento de temperatura demorando el tiempo requerido para alcanzar una temperatura crítica, por lo que las personas en buena forma física tienen mayor capacidad de mantener regulada la temperatura corporal cuando se encuentran bajo ejercicio físico intenso.
- Ciertas patologías de base también pueden condicionar un aumento en la sudoración como ocurre con el hipertiroidismo
Una vez que sabemos las causas y los factores predisponentes, es hora de hablar sobre el posible tratamiento de esta patología. Los tratamientos utilizados en la hiperhidrosis son múltiples, pudiendo ir desde simples aplicaciones locales como métodos de barrera como antitranspirantes, hasta fármacos por vía oral, uso de aparatos específicos e incluso precisar el paso por quirófano para realizar una intervención quirúrgica.
En la actualidad, la inyección en la zona donde se produce exceso de sudor de toxina botulínica para ser un método eficaz para inhibir esta sudoración dando buenos resultados con mínimos efectos secundarios.
Siempre se aconseja empezar con tratamientos poco invasivos. En caso de que fracasen, es cuando podría estar indicada la operación. En la cirugía, lo que se hace es destruir parte del nervio simpático y ciertos ganglios que controlan el proceso de sudoración.
Si el sudor es un problema en tu vida y se ha convertido en un quebradero de cabeza en tu día a día, consulta con tu médico, acude a un dermatólogo para buscar una solución.